El Congreso convalidó ayer por una amplísima mayoría los dos decretos-ley de medidas de apoyo a la banca, que entrarán en vigor en cuanto se aprueben los reglamentos que las desarrollen, lo que ocurrirá antes de diez días según el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente anunció en el debate que el Gobierno aprobará un crédito extraordinario de 10.000 millones ampliables hasta los 30.000 para permitir, en lo que queda de año, la compra de activos a las entidades financieras.
El primero de los decretos establece la creación de un fondo de hasta 50.000 millones para comprar activos de bancos a cambio de liquidez y eleva la cuantía mínima de garantía de depósitos del Fondo de Garantía desde 20.000 a 100.000 euros por persona y entidad. Las primeras operaciones del fondo con cargo al Tesoro podrán realizarse este mismo mes de noviembre, para lo que el Gobierno aprobará este ejercicio un crédito extraordinario de 10.000 millones ampliables hasta 30.000.
Este fondo invertirá en activos de máxima calidad y se regirá por los criterios de objetividad, rentabilidad, eficiencia y diversificación, por lo que recurrirá a procedimientos competitivos para la selección de activos, en particular mediante subastas. Las adquisiciones se harán mediante compra en firme o con carácter temporal, según explicó el jefe del Ejecutivo.
El otro decreto permite la posibilidad de otorgar avales para las operaciones de financiación de la banca por un máximo de 100.000 millones. Esta iniciativa incluye las emisiones de pagarés, bonos y obligaciones admitidas a negociación en mercados secundarios oficiales españoles. Además, el aval se podrá extender, en su caso, a otros instrumentos bancarios, como los depósitos interbancarios, en el marco de un esquema concertado entre los gobiernos de la Zona Euro. El segundo decreto abre la posibilidad a la recapitalización de los bancos por parte del Estado, una medida "preventiva y que no será aplicada" según el presidente.
Durante su intervención, Zapatero defendió la puesta en marcha de los dos reales decretos, ya que la intervención pública en el sistema financiero español es "necesaria e insustituible", aunque afirmó que con ellas no quiere "crear una banca pública permanente". Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, mostró su apoyo a los dos decretos por tratarse de medidas "muy excepcionales".
