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El consumo de pastillas tranquilizantes se triplica desde el inicio de la crisis

Uno de cada diez sevillanos se ha tratado alguna vez con estos fármacos por prescripción médica y un 2,3% los ha tomado sin receta.

el 15 sep 2012 / 18:25 h.

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Son fármacos que tratan cuadros de estrés y ataques de ansiedad sin inducir el sueño como los somníferos, cuyo consumo también ha crecido.

Son fármacos de uso terapéutico para tratar problemas como la ansiedad y el estrés, dos males que la crisis económica y sus consecuencias en la vida de las familias han extendido como una epidemia. Prueba de ello es que el consumo de tranquilizantes se ha disparado en los últimos años y hoy uno de cada diez sevillanos (9%) reconoce que alguna vez ha tirado de ellos bajo prescripción médica y un porcentaje menor pero preocupante por lo que supone la automedicación sin control, el 2,3%, los ha tomado sin receta.

El estudio La Población Andaluza ante las Drogas que cada dos años realiza la Junta de Andalucía solo incluye estas sustancias en sus tres últimas ediciones (van doce), que recogen datos de 2007, 2009 y 2011, y lo cierto es que en este periodo, el consumo de tranquilizantes entre la población andaluza tanto, con control médico como sin éste, se ha triplicado. Si en 2007 era el 3,9% de la población encuestada la que decía haber tomado alguna vez este tipo de medicamentos con receta, el año pasado fue el 11,4% (9% en Sevilla). El consumo sin prescripción médica es mucho menor y no ha crecido tanto al pasar del 1,4% en 2007 al 1,5% en 2011 (si bien en 2009 era del 0,6%). La última edición de este estudio, presentado recientemente por la consejera de Salud, María Jesús Montero, contó con una muestra de 3.200 entrevistas (403 en Sevilla). El informe revela que los tranquilizantes son más consumidos por las mujeres y que la edad media de inicio a éste tipo de tratamientos es de 35,9 años, si bien quienes lo toman sin receta son mucho más jóvenes, con una media de edad del primer consumo de 25,7 años.

El estudio sobre drogas también analiza el consumo de somníferos, con prevalencia menor que el de los tranquilizantes (la diferencia es que los primeros no inducen el sueño) pero que también ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años. Así, si en 2007 solo el 1,8% de los encuestados reconocía haberlos tomado alguna vez bajo prescripción médica, en 2011 esa cifra sube al 6,2% (4,3% en Sevilla). Sin receta médica, los consumidores de este tipo de pastillas han pasado del 0,4% al 1% (0,8% en Sevilla). De nuevo son las mujeres las que más las toman, especialmente las más mayores, si bien la edad de inicio es de 38,1 años en quienes las consumen con recetas y de nuevo mucho más baja, 24,9 años, en quienes las toman sin control médico. Llama la atención que siendo la prevalencia de consumo ocasional menor que la de los tranquilizantes, el porcentaje de personas que consume este tipo de fármacos diariamente con receta es muy similar en uno y otro (un 2,9% toma a diario tranquilizantes y un 2,1% somníferos).

Aunque la percepción de riesgo que el consumo frecuente de tranquilizantes o somníferos conlleva es mucho menor que la del tabaco o drogas como el hachís, la cocaína, la heroína o el éxtasis, donde en general más del 95% de los encuestados ve peligroso su consumo incluso ocasional, la conciencia sobre los efectos para la salud que puede tener un abuso de estos fármacos ha crecido. El 74% ve riesgos en su consumo semanal o más frecuente (frente al 63,8% que pensaba así en 2009) y el 46,8% también percibe riesgo incluso aunque el consumo sea mensual o más ocasional (44,2% en 2009). Con todo, siguen siendo junto al alcohol las sustancias cuyo consumo es percibido con menor riesgo, aunque en el caso de las copas la percepción de riesgo es muy baja si se pregunta por el consumo de cinco o seis cañas o copas el fin de semana (26,3%) pero sube si se pregunta por la ingesta de esa misma cantidad a diario (87,1%).

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