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El corazón de Corín Tellado

Nunca es tarde para rendir culto a los méritos. Si se trata, como en este caso, de una dama de los libros, por muy popular o indigna de admiración que parezca a muchos su obra, entonces miel sobre hojuelas...

el 16 sep 2009 / 01:52 h.

Nunca es tarde para rendir culto a los méritos. Si se trata, como en este caso, de una dama de los libros, por muy popular o indigna de admiración que parezca a muchos su obra, entonces miel sobre hojuelas.

Hace sólo unos días, la prolífica Corín Tellado, precursora de un cierto feminismo ibérico para unos, tradicionalista hasta la médula para otros, dijo adiós a todo esto. Más de cinco mil novelas (prácticamente una por semana), y la popularidad de que gozaba entre un público que esperaba sus tramas sin desmayo, avalan sus méritos. Sus novelas románticas las esperaban ellas, y las esperaban ellos. Ellos las leían sin rubor, ellos a escondidas, con vergüenza. Unos y otros con parecida avidez. Pero a lo que voy, resulta curioso (o no) que una autora como ella, tuviese tan mala suerte en cuestiones sentimentales.

Cuentan que se casó con un vasco alto y guapo, pero que el amor no cuajó. Me atrevo a decir que pensó que su esposo no la amaba porque no valoraba su independencia o, lo que es lo mismo, su coraje, en una sociedad rancia como aquella. De hecho, una de las ideas más repetidas de Corín Tellado era que "el amor sin admiración no funciona". Pues bien, su esposo, que murió hace unos años, y del que se separó mucho antes, guardó durante toda su vida los libros de su esposa, todos los artículos que ella publicaba en los periódicos o las cartas que le enviaba y que ella devolvía sin leer. Y lo curioso es que Corín Tellado no se enteró de todo esto hasta después de la muerte de él.

La propia autora dice, en una de sus últimas entrevistas: "Fíjese, ahora pienso que siempre estuvo enamorado de mí? No, en cuestiones sentimentales nunca he tenido suerte". ¡Y es que la vida y la imaginación tienen recorridos tan distintos!

Ahora que se avecinan buenos tiempos para la novela romántica, y que en las mesas de novedades se apilan nombres anglosajones, nuestra Corín Tellado deja un hueco vacío. Tarde o temprano, una nueva dama, un nombre joven ocupará su lugar. A fin de cuentas, los sabores fuertes son la salsa de la vida, y? ¿qué hay más fuerte o más sabroso que esos enredos en los que hay amor, coincidencias y el sueño imposible entre un hombre envidiable y una mujer adorable?

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