Antes, con el boom de la construcción era fácil conseguir el sí. Ahora, en un momento económico delicado marcado por una crisis que afecta a todos, no. Los créditos concedidos para la adquisición de viviendas crecieron en junio un 8,2%, el peor avance desde 1995 y la mitad que hace un año.
La crisis es una realidad y que las entidades bancarias y cajas de ahorro mueven en estos momentos menos cantidades de dinero, también. Los datos del Banco de España referentes a los préstamos hipotecarios así lo demuestran.
En el pasado mes de junio los créditos concedidos a las familias españolas crecieron un 8,2%, lo que en comparación con en el mismo periodo de 2007, cuando este tipo de créditos avanzaban a un ritmo de 17,2% en tasa interanual, supone una reducción a la mitad y alejarse del máximo alcanzado en el mismo momento de 2005, cuando crecían al 24,6%.
Este dato confirma la ralentización que sufre el sector como consecuencia de varios factores, entre ellos, el elevado precio que ha alcanzado la vivienda en el mercado, los altos tipo de interés y la falta de liquidez de las entidades tras el estallido de la crisis suprime.
No obstante, el volumen de préstamos volvió a tocar otro máximo en junio al llegar a los 666.200 millones de euros, un 8,06% más que en los 615.513 millones del mismo mes de 2007.
Sin embargo, desde que comenzó el año el avance de estos créditos ha seguido disminuyendo, al pasar de crecer al 12,9% en enero hasta el 8,2% actual.
Los datos del Banco de España también confirman que el conjunto de las ayudas económicas que las entidades bancarias otorgan a los hogares, en el que se incluyen otros préstamos además de los hipotecarios como por ejemplo los de consumo, creció en junio de este año un 8,5%, de nuevo el menor ritmo desde que se creó la serie histórica, y poco más que la mitad que el 16,4% de junio de 2007.
La tasa de crecimiento de junio es, por tanto, la más baja registrada en trece años y en lo que va de 2008 acumula un descenso de casi cinco puntos porcentuales.
Ante esta situación, cajas y bancos insisten en restar importancia a la reducción de los créditos y en desmarcarla de la crisis económica y de la falta de liquidez que atraviesa el sector financiero, ya que, según explican, es consecuencia de la adaptación que está sufriendo el sector de la construcción.
