La familia del cámara de televisión Jesús Ruiz de Castro fallecido tras recibir una paliza en la Romería de Valme, ha llegado a un acuerdo con las defensas de los cinco acusados, que han aceptado penas que van de cuatro a un año de prisión por un delito de lesiones. La Fiscalía pedía 17 años de prisión por asesinato para tres de los acusados, un matriminio y el cochero que los llevaba, mientras que la familia reclamaba 25 años.
De esta forma, y según fuentes del caso, el principal acusado Francisco Javier A.S., ha aceptado cuatro años de cárcel, mientras que su esposa Concepción C. R., y el cochero Juan Manuel Z.F. el resto han aceptado uno; los otros dos acusados han resultado absueltos. La indemnización que ha recibido la familia no consta en el acuerdo, porque al parecer ya la habría recibido. De esta forma, no será necesario celebrar el juicio con jurado popular previsto para el viernes en la Audiencia Provincial de Sevilla.
Los hechos tuvieron lugar el 17 de octubre de 2010, cuando la víctima, que se encontraba orinando en la calle y "bajo los efectos de una fuerte intoxicación etílica", se dirigió a Concepción, "al notar que ésta lo miraba", diciéndole "¿qué miras, te gusta?", a lo que su esposo contestó "yo me voy a cagar en tus muertos", tras lo que la víctima sacó una navaja con la que se acercó al coche de caballos.
"Blandiendo la navaja", el fallecido "hizo un ademán amenazador" contra los ocupantes de la parte trasera del coche de caballos, momento en el que Francisco Javier "le dio una brutal patada en la cabeza que le hizo caer al suelo, conociendo y previendo, dada su fortaleza física, que con ella podía causar la muerte".
"Brutales patadas". Seguidamente, tanto Francisco Javier como su esposa y el cochero bajaron del carruaje y, "tras desarmar" a la víctima, "que se encontraba muy aturdida por la patada recibida", le propinaron "brutales" patadas en el cráneo, la cara y la zona del tronco, todo ello "mientras lo sujetaban por los brazos para que no pudiera defenderse" y Concepción "le colocaba en el cuello la navaja que le habían arrebatado".
A continuación, Francisco Javier le propinó un «fuerte» puñetazo en la cara al cámara de televisión, lo que hizo que éste «se desplomara en el suelo semiinconsciente», tras lo que abandonaron el lugar «dejando a la víctima".
