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El derbi finalizó en tablas

Betis y Sevilla empataron a cero en el derbi sevillano. Ante un Sevilla con una alineación revolucionaria, fueron los de Paco Chaparro los que dispusieron de las mejores ocasiones de gol, sin embargo el Sevilla logró mantener su portería a cero y arrancar un punto del Ruiz de Lopera. Foto: EFE

el 15 sep 2009 / 12:10 h.

El Real Betis y el Sevilla se repartieron los puntos en un partido con más chispa y emoción que buen juego y en el que los verdiblancos volvieron a demostrar que tienen la pólvora mojada ante el eterno rival, que mantiene su racha positiva en el feudo bético con tres empates y una victoria en los últimos cuatro derbis.

Tanto Paco Chaparro como Manolo Jiménez, técnicos de los eternos rivales, mantuvieron una lucha táctica por controlar el centro del campo, con acumulación de efectivos, lo que privó de una mayor fluidez al juego, especialmente por las bandas y más afectado el Sevilla (hasta que sacó a Navas y Capel).

A la suficiencia del Sevilla en los albores del partido, el Betis opuso una mayor ambición y un juego más incisivo hasta sumar varias ocasiones como para haber dejado resuelto el duelo.

Así, Sergio García, Emaná, Capi, Fernando Vega y Juanito pusieron en muchos apuros a un Andrés Palop que tuvo que emplearse a fondo en varias ocasiones (como en los minutos 21 y 24) para evitar que su portería fuese batida.

No obstante, fue el sevillista David Prieto el que, a los 16 minutos, dispuso de la opción más clara, al mandar por encima del travesaño del marco de Casto un balón que se encontró cuando estaba a un metro de la línea de meta.

Perdonó el Betis en el primer tiempo a un Sevilla al que superó en todo momento pero que tuvo su lunar en la escasa efectividad ante el marco contrario, lo que ya le privó en Getafe de un triunfo.

El Sevilla, en este primer periodo, tan solo en algunos momentos pudo zafarse del dominio local y llegar hasta el marco de Casto, de manera especial por la banda que ocupó el argentino Lautaro Acosta, sin duda su mejor baza ofensiva hasta entonces.

En el segundo tiempo, tras una buena opción del argentino Pavone (m.46) y otra de Sergio Garcia que paró Palop, el Sevilla fue cogiendo consistencia y control, merced a los cambios efectuados por Manolo Jiménez, sobre todo con el italiano Maresca, que dio una mayor creatividad.

Sin embargo fue en el último tramo cuando el Sevilla merodeó con mayor asiduidad el área bética y así Kanouté (m.84) tuvo en sus pies una buena ocasión que abortó Casto.

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