El fiscal pide ocho años para el parricida de Año Nuevo en Alcalá de Guadaíra

Será juzgado el 5 de julio y el ministerio público tiene en cuenta la legítima defensa.

el 20 jun 2010 / 17:25 h.

La Fiscalía de Sevilla solicita ocho años de prisión para A.D.P., acusado de matar a su padre el 1 de enero de 2008 en su chalé de los Pinares de Oromana, en Alcalá de Guadaíra. El joven, que había llegado desde Barcelona para pasar el fin de año con sus padres, alegó entonces legítima defensa.

Los hechos, que conmocionaron a la ciudad ya que sucedieron en plenas fiestas, quedan recogidos en el escalofriante relato del fiscal, quien narra que todo se desencadenó cuando el padre del acusado, A.D.G., llegó al salón portando tres escopetas, “pues momentos antes había estado realizando disparos al aire en el jardín”, molesto “por los petardos que los vecinos lanzaban al celebrar el Año Nuevo”.

Tras ello, el encartado decidió retirarse a dormir a su habitación, pero, una vez allí, oyó ruidos procedentes del salón “que le alertaron”, por lo que decidió ir de nuevo al mismo para ver lo que pasaba, observando que su padre se encontraba “amenazando” a su madre, M.G.M., ya que “la estaba encañonando al tiempo que le decía “os voy a matar a todos’”.

De este modo, según el mismo escrito, al ver a su padre portando esas armas, decidió intervenir “a fin de poner a salvo” a su madre, cogiendo una de las escopetas y dirigiendo a su progenitor a la cocina. Sin embargo, en ese momento este último “le encañonó” con otra de las escopetas, lo que motivó que el acusado disparara a su padre en dos ocasiones, alcanzándole en la mano izquierda y en el costado. Pero el padre, lejos de amedrentarse, se sacó del bolsillo un cuchillo con el que amenazó de nuevo con matar a todos los miembros de la familia, saliendo entonces de la cocina.

De acuerdo con el fiscal, esto “hizo creer” al imputado que quería agredir nuevamente a su madre, por lo que, “dejando también caer la escopeta con la que había disparado, tomó un cuchillo y fue en busca de su padre”, al que consiguió frenar en el vestíbulo. En ese lugar, el acusado “consiguió distraer de nuevo la atención de su padre, y para ello le infirió varios cortes en la cara”.

Tras ello, se inició un forcejeo, pues el acusado “pretendía desarmar” a su padre, que esgrimía también un cuchillo. Estando ambos en el suelo, A.D.P. puso en el cuello de su padre el cuchillo y le realizó varios cortes. Una vez que consiguió desarmar a su progenitor, “y con la intención de acabar con su vida”, le asestó hasta tres golpes con el cuchillo en el pecho, que ocasionaron dos desgarros en el corazón de su padre. Como consecuencia de ello, la víctima quedó “inmóvil y moribunda” en el suelo con su hijo al lado, hasta que llegaron los equipos de emergencia y certificaron su fallecimiento.

Por estos hechos, el fiscal le pide ocho años de prisión por un presunto delito de homicidio, aunque tiene en cuenta la circunstancia modificativa de legítima defensa. Sobre todo porque los testimonios tanto de la madre como de la novia, que se encontraba pasando la noche en el chalé, corroboran su versión. El procesado, que salió de prisión tras la reconstrucción de los hechos, será juzgado a partir del 5 de julio por un jurado popular.

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