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El fiscal rebaja de 1 año a 4 meses su petición de cárcel para los 23 asaltantes del Rectorado

el 13 jul 2011 / 15:16 h.

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La Fiscalía de Sevilla ha rebajado de un año a cuatro meses su petición de cárcel por un delito de desórdenes públicos para cada uno  de los 23 acusados de participar en el asalto al Rectorado de la  Universidad de Sevilla en febrero de 2002, ya que ha tenido en cuenta  la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas al haber transcurrido nueve años desde que ocurrieron los hechos, lo que  incluso motivó que todos los letrados de la defensa pidieran  suspender el juicio ante la posible prescripción de las actuaciones.

Fuentes del caso han informado a Europa Press de que el fiscal ha modificado su escrito de acusación provisional en el punto referido a  la petición de penas y, finalmente, ha solicitado para cada uno de los 23 acusados cuatro meses de cárcel por un delito de desórdenes  públicos, así como el pago de una multa de 480 euros por un delito de  daños, y el abono de 360 euros por tres faltas de lesiones tras las  lesiones sufridas por tres vigilantes de seguridad que intentaron evitar los hechos.  

Asimismo, y en concepto de responsabilidad civil, ha interesado que los imputados paguen de forma solidaria una indemnización de 37.494,34 euros por los daños causados en la Universidad, entre ellos  la rotura de varias puertas del siglo XVIII. De su lado, los letrados  de los acusados han pedido la libre absolución de sus patrocinados  por falta de pruebas y porque todos los acusados estaban  "identificados previamente" a ocurrir los hechos por su actividad  política y social

 Durante el juicio, que comenzó la pasada semana en el Juzgado de  lo Penal número 8 y que ha quedado visto para sentencia este mismo  miércoles, los 23 acusados -inicialmente eran 24, pero un  aparcacoches que supuestamente participó en los hechos será juzgado  de manera individual- negaron que participaran en la rotura de las  puertas del siglo XVIII y aseguraron que no tenían intención ni de  alterar el orden público ni de hacer daño, según han recordado a  Europa Press las mismas fuentes.   

Incluso, uno de los procesados, Alejandro M.M., dijo que el día de  los hechos se encontraba haciendo un examen de Derecho Administrativo  en la Facultad de Relaciones Laborales, por lo que acudió al  Rectorado una vez las puertas ya habían sido destrozadas, y  únicamente pudo observar "una gran humareda de polvo de los  extintores", tras lo cual se dirigió en compañía de unos amigos hacia  la Puerta de Jerez, donde fue identificado por agentes del Cuerpo  Nacional de Policía.  Durante la primera jornada de la vista oral también declaró como  acusado un letrado, que el día de los hechos fue requerido por el  sindicato CGT, para cuya asesoría trabajaba, al objeto de que se  presentara en el patio del Rectorado para que mediara, "pues había  una asamblea y había tensión". "No tengo explicación para la  detención", dijo entonces.  

LOS HECHOS. En su escrito de acusación, consultado por Europa Press, el  Ministerio Público relata que los hechos sucedieron sobre las 10,00  horas del 8 de febrero de 2002, cuando un grupo de jóvenes, "actuando  mutuamente de acuerdo", penetró en el Rectorado de la Hispalense  portando "palanquetas y barras de hierro" y "vociferando y en actitud  amenazante". Tras ello, subieron todos hasta la primera planta, donde  se encuentra la zona del Rectorado.  Una vez allí, para acceder a la zona y "utilizando las palanquetas  y barras que portaban, así como extintores que tomaron en el  vestíbulo del Rectorado, forzaron una primera puerta, causándole  grandes desperfectos", y una vez abierta "golpearon  indiscriminadamente a los vigilantes jurados de la Universidad que  trataban de impedirles el paso".

Para el Ministerio Público, el grupo continuó avanzando y fracturó  dos puertas más antes de acceder al despacho del rector, "donde  realizaron pintadas en la moqueta y destrozaron el entelado de la  pared". Posteriormente, los jóvenes supuestamente se dirigieron hacia  la Sala de Juntas, donde estaba reunida la Junta de Gobierno de la  Universidad, y "tras golpear y arrollar a los vigilantes jurados,  rompieron la puerta de la sala y accedieron al interior", por lo que  los miembros de la Junta tuvieron que interrumpir la reunión.

El fiscal prosigue que una vez en las dependencias algunos de los  asaltantes leyeron ante la prensa unos comunicados, tras lo que  abandonaron las instalaciones sobre las 11.15 horas. Como  consecuencia de estos actos, tres de los vigilantes sufrieron  lesiones cuando trataban de parar el avance del grupo de jóvenes,  mientras que las puertas destrozadas sufrieron daños tasados en  34.187 euros y en el resto de instalaciones universitarias los  desperfectos se valoraron en 22.830 euros, continúa la acusación.

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