El grapo Israel Torralba, para quien la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha pedido diez años de cárcel por la colocación de un artefacto explosivo en una empresa de trabajo temporal en 2000, ha sido introducido en la sala blindada tras llamar a la juez Ángela Murillo "delincuente nazi".
El fiscal Pedro Martínez ha mantenido su petición de una sentencia condenatoria para Torralba, al que acusa de un delito de estragos terroristas en grado de tentativa por la colocación de un artefacto explosivo en los lavabos de la empresa Laborman, situada en la Avenida de Burgos de Madrid, el 10 de junio de 2000.
Al comienzo de la vista y tras ser informado de sus derechos, Torralba ha asegurado que no ha conocido "hasta esta misma mañana"(por ayer) la celebración del juicio, para añadir que "esta es la norma, nunca nos avisan". A continuación, el grapo ha calificado de "fascista" al tribunal y, al ser requerido a guardar silencio por la presidenta de la sala, Ángela Murillo, el acusado ha afirmado: "Una delincuente nazi como usted no me va a callar".
La juez ha ordenado a los agentes que introdujesen a Torralba en la sala blindada, afirmando que "ahí es donde tiene que estar", mientras el acusado seguía desafiando a la sala con los insultos de "fascistas", "nazis" y "criminales".
Según el escrito del fiscal, la desactivación del artefacto por parte de los Tedax -después de que la Jefatura Superior de Policía de Madrid recibiese una llamada telefónica que advertía de su colocación- impidió que el acusado "culminase lo que pretendía, provocar cuantiosos daños en dicha empresa de trabajo temporal".
La desactivación del artefacto, que contenía 760 gramos de un compuesto de hierro y aluminio y 40 gramos de pentrita, causó desperfectos en el inmueble por valor de 2.159 euros, que también se reclaman al acusado.
