Cultura

'El hombre no se cansa de ser el mismo'

La publicación de Mitos urbanos (Algaida), de Manuel Gahete, es la consecuencia directa de haber sido merecedor, el pasado mes de abril, del V Premio Ateneo de Poesía, gracias a un conjunto de versos en el que el poeta repasa los tres grandes temas de la literatura universal: la vida, la muerte y el amor.

el 14 sep 2009 / 19:56 h.

La publicación de Mitos urbanos (Algaida), de Manuel Gahete, es la consecuencia directa de haber sido merecedor, el pasado mes de abril, del V Premio Ateneo de Poesía, gracias a un conjunto de versos en el que el poeta repasa los tres grandes temas de la literatura universal: la vida, la muerte y el amor.

El poeta cordobés Manuel Gahete ensalza en Mitos urbanos "la sinceridad y el sentimiento de amor hacia el ser humano". Así lo explicó en la presentación pública de su poemario premiado, un acto celebrado en el Ateneo de la capital hispalense que Gahete utilizó para ahondar en las motivaciones que le llevaron a escribir este conjunto de versos: "La génesis del libro está en la muerte repentina de mi madre. Cuando el dolor te pega de frente se inicia un proceso de profunda reflexión de los tres grandes mitos de la humanidad: la vida, la muerte y el amor".

Y es que, en tono existencialista, Gahete asegura que estos tres axiomas no son más que "mitos inventados por el hombre y recreados todos los días. No sirven para casi nada, pero tampoco los podemos eludir. El hombre no se cansa de ser siempre el mismo", sentenció.

Esta idea inicial, con la experiencia vital como motor del poemario, lleva a Gahete a asegurar que "Mitos urbanos deja evidenciado que ni nos importa la guerra, ni la miseria, ni la inmigración, ni la violación de los derechos humanos, cuando no nos toca personalmente".

Para dar forma a esta idea, el poeta apuntó que se ha servido de una confrontación en su poesía entre lo clásico y lo moderno, explicando que, a la hora de trabajar, no puede obviar su formación académica, el acervo literario y humanista "entrañado en su pensamiento y en su corazón", que intenta fusionar con el legado de los poetas del 50 -con José Hierro a la cabeza-, promotores de una comunicación "más directa" y partícipes de que la poesía "entre en el mundo de las mujeres y los hombres".

"Por ello, he descargado mi poesía de artificio -aclaró-, la he desnudado, pero sin renunciar a la estructura exacta, el ritmo ajustado, el vocabulario preciso y el armazón técnico que considero oportuno". Así, Gahete reivindicó que el poeta debe escribir sin olvidar la técnica, que es un "medio, no un fin", pero que "tiene que estar cosechado y hundido en la entraña de la poesía".

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