La llegada del Gustav a Luisiana no fue tan catastrófica como se preveía. El huracán, antes de tocar tierra, se debilitó al aminorar sus vientos hasta los 170 kilómetros por hora, lo que lo redujo a un ciclón de intensidad 2. Ayer por la tarde se encontraba a 110 kilómetros de la desalojada Nueva Orleans.
El ojo de huracán tocó tierra en la localidad costera de Cocodrie y la ciudad de Nueva Orleans, de la que habían sido evacuados dos millones de habitantes, se vio afectada por vientos huracanados de más de 120 kilómetros por hora. Cocodrie tiene apenas 300 habitantes y su principal actividad se centra en la pesca y el turismo. Muy cerca se encuentra una de las muchas refinerías de gas natural situadas en la costa desde Texas a Alabama.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH) pronosticó que Gustav se iría degradando rápidamente conforme se adentrara en tierra en dirección al oeste y que se situaría sobre el este de Texas durante la pasada madrugada.
Está vigente un aviso de huracán desde el este de Texas hasta la frontera entre Alabama y Mississippi, incluyendo Nueva Orleans y Lake Pontchartrain. La fuerza del viento puede provocar olas de cinco metros y el CNH ha advertido también de la posibilidad de que se produzcan tornados en todo el área del Golfo de México.
Al igual que ocurrió hace tres años con el impacto de Katrina, la gran preocupación de las autoridades es si aguantarán los diques que protegen Nueva Orleans de las crecidas del río Mississippi y de las marejadas.
Desde Katrina, los diques han sido reforzados y el Cuerpo de Ingenieros de EEUU vigila el comportamiento de los muros y confía en que no se produzcan inundaciones, dado que buena parte de Nueva Orleans se encuentra por debajo del nivel del mar. Según las autoridades del estado de Luisiana, los diques son hoy más resistentes que hace tres años, pero todo el plan de fortalecimiento de los mismos no estará completado hasta 2011. Hasta el momento se han invertido 12.000 millones de dólares y se ha completado un 20% de los trabajos previstos.
Las autoridades prevén que, a pesar de que hasta ahora el huracán Gustav no ha impactado directamente en Nueva Orleans, se produzcan de todas formas inundaciones en algunas zonas de la ciudad.
En fin, tras todo tipo de advertencias, especulaciones y precauciones en la ciudad de Nueva Orleans, la trayectoria que finalmente tomó el huracán tranquilizó algo a los ingenieros, ya que el ojo del ciclón tocó tierra a 110 kilómetros al oeste de esa ciudad.
El reproche. Antes de llegar a Luisiana, el Gustav había pasado por Cuba, donde tampoco sus efectos fueron tan devastadores como se había pensado. En este sentido, el ex presidente cubano Fidel Castro dijo ayer que las agencias internacionales de noticias informaron poco de la llegada del Gustav a Cuba.
"Al mundo apenas se le habla" de los méritos cubanos ni de "su extraordinaria lucha", alegó Castro. Gustav atravesó la isla el sábado de sur a norte por su extremo occidental, sin causar ninguna muerte, aunque sí heridas o lesiones a 19 personas y la destrucción de decenas de miles de casas, así como cultivos, tendidos eléctricos, telecomunicaciones y otras infraestructuras, según fuentes oficiales.
Mientras tanto, también en India se vive una situación similar a la que está provocando el Gustav en el otro lado del mundo. Cientos de miles de personas permanecen aisladas, privadas de alimentos y agua potable, por las graves inundaciones que este año han anegado distritos enteros del estado septentrional indio de Bihar. Cerca de 500.000 personas han sido evacuadas.
