El huracán Ike perdonó ayer a La Habana al dirigir su trayectoria hacia el oeste. Eso sí, la zarandeó con ráfagas de viento de hasta 120 kilómetros horas y lluvias. Tras 36 horas de recorrido por la isla, que obligaron a evacuar de mas de 1,2 millones de personas, Ike, ahora de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson de 5, dejó la capital cubana paralizada con ramas caídas y vallas derribadas. Pero las incidencias en La Habana no fueron comparables a los desastres en el oriente de Cuba, donde hubo al menos cuatro muertos y 20 heridos.
De hecho, el huracán ha matado ya a 70 personas, la mayoría de ellas en Haití.