El huracán Ike tiene en alerta roja a las autoridades cubanas ya que temen que éste pueda barrer la isla, con 12,2 millones de habitantes, de oriente a occidente. Por ello, el Gobierno ya ha comenzado a evacuar a cientos de miles de personas, entre otros, a unos 13.000 turistas de una de sus principales ciudades turísticas, Varadero.
Cientos de miles de evacuados, largas colas en los supermercados y movilizaciones para asegurar bienes económicos dominaban ayer el panorama en Cuba, a la espera de que el "extremadamente peligroso" huracán Ike llegase a Cuba.
El Instituto de Meteorología (Insmet) detalló que la trayectoria del huracán, de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson de 5, tocase Cuba en las inmediaciones de Punta Lucrecia, en la provincia oriental de Holguín, la pasada madrugada, entre las 4.00 y las 5.00 hora española.
En la tarde-noche de ayer (en España) el ojo del Ike estaba sobre la isla Inagua Grande, en las Bahamas orientales, a unos 205 kilómetros al este de Punta Lucrecia, en Holguín donde causó grandes daños y afectó al 50% de las casas.
El Ike se estaba desplazando ayer con rumbo próximo al oeste a 20 kilómetros por hora, con vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora y rachas muy superiores. El ojo del ciclón tiene 41 kilómetros de diámetro y los vientos huracanados un radio de 75 kilómetros, por lo que toda la isla recibirá su azote durante las 36 horas que estará en Cuba, incluidas regiones que nunca han sufrido un huracán de categoría 4.
Un semana después de que el Gustav, otro huracán de categoría 4, arrasara el oeste cubano dejando 140.000 viviendas dañadas o destruidas y grandes destrozos en agricultura e infraestructuras, los medios cubanos repetían ayer insistentemente que el Ike es "extremadamente peligroso".
Desde ayer por la mañana cuando la Defensa Civil dic-tó la Alarma Ciclónica para las provincias orientales de Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín, Las Tunas y Camagüey, las colas de personas se fueron alargando en supermercados y estaciones de servicio de diferentes puntos del país. La población trataba de hacer acopio de alimentos básicos, agua y combustibles desde el sábado, mientras que ayer comenzaban las evacuaciones en la región oriental, fundamentalmente en zonas bajas cercanas a ríos y al litoral marino.
Sólo en Camagüey fueron ayer evacuadas más de 250.000 personas, según indicaron a Efe las autoridades locales. En esa provincia, que desde hace 15 años no sufre los embates de un huracán, se reiteraban las llamadas a la población para que donase sangre, se guareciera en lugares seguros y acumulase agua potable para varios días. Unas 143.000 personas estaban siendo evacuadas en Santiago de Cuba, provincia con la que contactó el presidente Raúl Castro para conocer la marcha de los preparativos, informó la prensa local.
En Varadero, primer polo turístico de playa de la isla, unos 13.000 turistas cubanos y extranjeros fueron llevados a puntos seguros de ese balneario de la provincia de Matanzas (noroeste), y miles de personas fueron evacuadas en Guantánamo y Granma. Paralelamente, la Defensa Civil y diferentes organismos oficiales trabajaban para poner a salvo máquinas de riego, almacenes, cultivos y naves avícolas y porcinas, mientras trasladaban ganado hacia zonas altas en varias provincias de la isla.
El primer vicepresidente de Cuba, José Ramón Machado, pidió a sus compatriotas no esperar a que las condiciones climáticas empeorasen para evacuarse, o para comenzar a proteger los bienes, pues el huracán "lo destruye todo en cuestión de horas". Las autoridades recomendaron a los cubanos que recolectasen agua y comestibles de fácil elaboración, pues el ciclón seguramente dejaría buena parte del país sin energía eléctrica. Las bebidas alcohólicas fueron prohibidas en las provincias en alarma.
Un avión fletado por la Unidad Panamericana de Respuesta a Desastres de la Cruz Roja Internacional partió ayer de Panamá con 20 toneladas de ayuda humanitaria a Cuba. El avión llevaba 20 toneladas de productos no alimentarios -enseres de cocina, bidones de agua, y mosquiteras- para asistir a 3.000 familias afectadas en días pasados por el huracán Gustav en Pinar del Río.
Por su parte, los cayos más al sur del estado de Florida sentirán tal vez los efectos de las intensas lluvias y los vientos del ciclón, pero no sufrirán probablemente su golpe poderoso, según la trayectoria pronosticada por los expertos.
