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El joven agredido en La Rinconada: "No me mataron de milagro"

Ventura sobrevivió al ataque con piedras y patadas de un grupo de dos menores y un adulto a los que recriminó una gamberrada

el 07 oct 2009 / 19:05 h.

Ventura, ya más recuperado, paseando ayer a su perra.

 

Iba a comerse un perrito caliente tras una noche de fiesta y se llevó una manta de pedradas y patadas que casi le cuestan la vida. Y todo porque un amigo suyo recriminó a unos chicos que no saltaran encima de los coches aparcados junto a la zona de movida de La Rinconada. Esa es la historia de Ventura, que afirma que no ha muerto "de milagro".

Ese milagro tomó forma de dos vecinos de la zona de San José de la Rinconada, que socorrieron a este joven de 35 años cuando sus agresores le iban a dar el golpe de gracia con una de las muchas piedras que le lanzaron. "Les debo la vida", comenta, mientras trata de guardar reposo a la espera de que la próxima semana le concedan el alta médica y pueda volver a su puesto de trabajo. La pesadilla de Ventura arrancó la madrugada del pasado 13 de septiembre. Él y su amigo Antonio salieron por Sevilla y, cuando estaban de regreso, decidieron hacer una parada en la zona de movida juvenil de San José de la Rinconada, que está junto al polígono El Cáñamo, con la única intención de comerse un perrito en uno de los puestos ambulantes de comida instalados allí.

Una vez allí vieron cómo dos menores saltaban por encima de los coches estacionados. "Muchos estaban abollados de tantas veces que habían pasado", comenta con enfado Ventura, que también confiesa que no fue él, sino su amigo Antonio, el que recriminó a estos chavales por la gamberrada. "Tan sólo les dijo que se bajaran de una vez y eso hicieron", explicó.

Lo que no se esperaban ni Ventura ni su acompañante es que al poco regresarían en un coche y con compañía: un joven de complexión fuerte y mayor de edad que, sin dar tiempo de respuesta, les acusó de ofender a los menores y, rápidamente, propinó un puñetazo en el rostro del primero que contestó a las acusaciones. Y ese fue Ventura, al que le pilló de imprevisto el fuerte golpe, que vino acompañado de varios lanzamientos de piedras que los dos menores tenían en sus manos.

Su amigo logró huir y buscar refugio a las puertas de un pub cercano, no sin antes recibir una pedrada en la cabeza que le causó un fuerte chichón. El peor parado fue Ventura. Tras esquivar la primera losa -que lanzaron a poco más de dos metros- que iba directamente a su rostro, la segunda le impactó en el pecho y eso le hizo reaccionar y salir corriendo. "Pensaba que esos chavales me iban a matar", dice.

Sólo pudo huir 10 metros. A los tres presuntos agresores se les unieron otros cuatro, que llegaron en otros vehículos y que lanzaron también piedras contra él. Ventura relata que "era una lluvia de losas la que pasaba por encima de mi cabeza", hasta que una le dio en la nuca y perdió el equilibrio. "Caí a plomo", apunta. Aunque hace tres semanas de lo ocurrido, no olvida que lo siguiente fue notar cómo le pegaban patadas por todos lados.

De su relato, rememora cómo sintió "el pateo en la cabeza y el tórax", hasta que hubo un momento en el que pararon para rematarlo. En ese instante, intervinieron dos vecinos de la localidad que pasaban por allí y, desde el coche, gritaron "dejadlo ya que lo vais a matar". Y, afortunadamente, eso hicieron: emprender la huida. Esos dos testigos fueron los que llamaron a la ambulancia, que llevó a Ventura hasta el hospital Macarena.

Una vez pasado el susto, este hombre desea que caiga "todo el peso de la ley" no sólo a los tres detenidos -dos de ellos menores-, sino también a los otros cuatro individuos que, según su relato, participaron en la agresión. Visiblemente afectado, reconoce que no volverá al polígono en una buena temporada. "Si ya de por sí prefería salir en zonas de marcha de la capital, ahora tengo más claro que nunca que no voy a pisar la zona de movida de San José de la Rinconada", concluye.

 

 

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