¿En qué consiste aprender? ¿Por qué recordamos las cosas? A éstas y otras muchas preguntas sobre el funcionamiento del cerebro humano pretenden dar respuesta investigadores de la Olavide en el edificio de los Servicios Centrales de Investigación que ayer inauguró la Universidad.
El perro de Pavlov salivaba al escuchar el sonido de una campana. Así formuló este investigador ruso la teoría del reflejo condicionado. Un grupo de científicos de la Olavide, comandado por el prestigioso catedrático de Fisiología José María Delgado, buscan dar un paso más. Usando ratones en vez de perros, en el laboratorio de electrofisiología estudian cómo funcionan las neuronas de los animales cuando se les aplica "actividad eléctrica" asociada a un determinado gesto, movimiento o acción. Para empezar la investigación, en el laboratorio se le implanta al ratón un electrodo en el cerebro con el que poder recoger toda la información que vaya generando su cerebro. En una sala monitorizada al efecto, al roedor se le entrena para que cuando le dé a una palanca, obtenga comida. Así, después de muchos intentos, el animal aprende que cada vez que accione la palanca, tendrá una recompensa.
Agnes Gruart, profesora titular de la Olavide y miembro del equipo de investigación, explica que la "novedad" con respecto a los experimentos clásicos radica en que "buscamos conocer cómo funciona el cerebro, averiguar en qué consiste el aprendizaje y por qué conseguimos almacenar lo que aprendemos". "No hay un sitio único de almacenamiento. La memoria funciona como un circuito", sentencia. El Secretario General de Universidades, Marius Rubiralta, inauguró ayer las instalaciones de los Servicios Generales, de los que resaltó que podían hacer de la Olavide un campus de excelencia internacional.
Esta nueva figura aparece recogida en el documento Estrategia Universidad 2015, que Rubiralta presentó ayer al equipo de Gobierno de la Olavide y con el que el Ministerio de Innovación pretende situar a España entre los 10 países más avanzados en Universidad.
