Cultura

El Maestranza flaquea, otros, también

Asumir los golpes o extinguirse, el ERTE que planea sobre la Sinfónica hermana al conjunto con otras orquestas nacionales.

el 20 jul 2013 / 23:20 h.

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15137936Esta semana conocíamos que la Orquesta de Baleares está a punto de ser historia. La de Extremadura fue hace meses salvada in extremis y con unas condiciones paupérrimas para sus músicos, amén de una programación testimonial.Por su parte, RTVE ha amagado con rubricar un convenio por el que los músicos de su orquesta pasarían a ser fijos-discontinuos. En la de Málaga la caída de abonados es alarmante, lo que la pone en serio peligro. Además, en esta formación ya se ha aplicado la reducción del 5% en su masa salarial. Igual sucedió con las de Córdoba y Granada. Y con muchas otras españolas. Ahora le toca a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla después de que un juzgado de la ciudad anulase en diciembre de 2011 el recorte salarial del 5% a los trabajadores que entonces el Consejo de Administración aprobó unilateralmente.

Mal de muchos no debería ser consuelo de nadie, pero en medio del panorama reinante, el mantenimiento de la actividad en la temporada de la Sinfónica y del Teatro de la Maestranza debería ser contemplado como la mayor victoria posible. En este punto, los profesores de la ROSS saben que la batalla ante la opinión pública la tienen perdida, ya que, una vez más, no se está comprometiendo la viabilidad de ningún puesto de trabajo.

Las dificultades de mantenimiento que genera una orquesta deviene en un asunto triste que incide en el habitual poco aprecio de los políticos por las materias más sensibles de la cultura. Además, se regurgita así ese musitado vox populi de que hay demasiadas orquestas, cuatro con temporada de abono en Andalucía. Plantear dar marcha atrás sería hoy un crimen patrimonial, por lo que sólo cabe el recurso a la adaptación, es de esperar que transitoria, a un panorama verdaderamente desolador.

Como desolador es conocer que el valenciano Palau de Les Arts –desde su origen más un magnífico contenedor que un buen despachador de continente– permanecerá inoperativo hasta octubre. Que el Liceu barcelonés ha presentado un ERE temporal para este verano y el próximo y que el Teatro Real realizó a comienzos de la temporada que ahora concluye una demoledora acción de despidos de trabajadores.

Piden los profesores de la ROSS que “la programación se adapte al presupuesto real”, como así se ha hecho, siendo mínimamente deficitaria. Los músicos –principales valedores del alto nivel del conjunto cuyo nombre defienden– saben que el Maestranza ha tocado suelo en lo que concierne al apartado artístico, y ningún aficionado podría creer que estos estarían dispuestos a rebajar aún más un programa –el de la temporada 2013/2014– realizado espartanamente para cubrir con decencia el expediente. También demandan, a cambio de aceptar el recorte, tener voz en la decisión de la programación, algo que corresponde al director artístico del coliseo, Pedro Halffter, garante del guión del proyecto cultural en ciernes.

Queda a expensas del Consejo de Administración el tender la mano a los músicos para que esta medida resulte lo menos traumática posible. Ni se oxidarán los instrumentos por estar 18 días sin utilizarse –algo que no ha de ser así, sólo hay que mirar el programa del ciclo Noches en los Jardines del Alcázar para comprobar cómo los profesores de la ROSS se oxigenan en otras pequeñas formaciones– ni el buen nombre del Maestranza y su orquesta quedarán irremediablemente mancillados. Por ahora. El Maestranza, la ROSS y su capital humano y artístico llevan tiempo siendo víctima de numerosos golpes. Unos y otros, conjuntamente con la gerencia y la dirección artística, reman, aunque los caminos se bifurquen ante algunos escollos, en la misma dirección. Por la viabilidad de un coliseo que ha de recuperar en el futuro su imparable y hoy indudablemente estancada proyección.

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