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El Mesías

Hay etnias que llevan siglos esperando al Mesías; en ello les va su propia identidad y razón de ser. En el mundo occidentalizado llevamos siglos también esperando al nuestro: la mano invisible de Adam Smith.

el 15 sep 2009 / 07:38 h.

Hay etnias que llevan siglos esperando al Mesías; en ello les va su propia identidad y razón de ser. En el mundo occidentalizado llevamos siglos también esperando al nuestro: la mano invisible de Adam Smith. Lo malo no es que no llegue, es peor aún: una crisis, pero de fe, atenaza a sus creyentes, convirtiéndolos en profetas descreídos que vagan por esos andurriales predicando que, por si acaso, hagamos, mientras les interese, como si no fuese a venir. Es curioso, los más acérrimos defensores del mercado claman intervencionismo. En la comparecencia de ZP, derechistas y nacionalistas ídem, pedían eso del gobierno; más curioso fue oír a ZP predicar paciencia ante la inevitable corrección del mercado por su propia inercia. Así, sin mano, la desregulación de los mercados financieros ha permitido hipotecas locas y consecuentemente el pinchazo inmobiliario; sin mano, los mercados de futuro son el caldo ideal para la especulación del crudo.

Por el contrario, los mejores momentos, los más estables de la economía mundial, entendiendo éstos como la situación de mayor bienestar para la mayoría de los ciudadanos -no para una minoría sobrealimentada y sobreremunerada, dentro de su burbuja- lo fueron y seguirán siendo, así lo asegura ya la mayoría de los desengañados economistas, de la mano de instituciones y normas. ZP, como la totalidad de los dirigentes mundiales, cuenta tan sólo con un arsenal reducido de medidas para, al menos, proveer medidas sociales preventivas o paliativas y poco más, pero peca en una cosa: ha sucumbido a la prédica de los profetas y ha sido incapaz de inyectar la mejor pócima en estos casos: la confianza.

Licenciado en Derecho y Antropología. aroca.javier@gmail.com

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