Cultura

El 'Miserere' aún sorprende

Francisco Javier Gutiérrez, el director que estará el sábado de Pasión al frente del Miserere, no sólo ha logrado preparar su repertorio en apenas un mes y medio: sus investigaciones le han permitido apostar por una versión muy distinta a la que Luis Izquierdo ha ofrecido durante las últimas cuatro décadas.

el 15 sep 2009 / 01:11 h.

Francisco Javier Gutiérrez, el director que estará el sábado de Pasión al frente del Miserere, no sólo ha logrado preparar su repertorio en apenas un mes y medio: sus investigaciones le han permitido apostar por una versión muy distinta a la que Luis Izquierdo ha ofrecido durante las últimas cuatro décadas.

Gutiérrez, a la sazón director de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, hubo de sortear una polémica que a punto estuvo de suspender el concierto de este año. Lejos de conformarse con la designación, parece dispuesto a arriesgar desde primera hora. Todo empezó con el descubrimiento de que sólo se canta la mitad del salmo 50 del Miserere. Esto no se debe a ningún olvido: sencillamente, el compositor Hilarión Eslava no podía ni tenía que escribir esa parte del salmo. Cuando compuso su Miserere, había una alternancia interpretativa entre los componentes de la Capilla Musical y un coro gregorianista conocido como los veynteneros, un coro que respondía con los versículos que faltaban.

"Vamos a recuperar esa intervención y la colocaremos en su lugar original", anuncia Gutiérrez, que contará para la interpretación de este año con un coro primero reducido de 24 voces -con el tenor José de León y el contratenor Flavio Oliver-, sumado a un coro segundo de 46 personas y un coro gregorianista de 15 integrantes, así como una orquesta de 28 músicos, sin contar los vientos. "No podemos garatizar que el talento nos acompañe en la actuación, pero sí el trabajo", dice el director.

Pero no terminan ahí las sorpresas que nos reserva este Miserere que hasta ayer parecía inmutable. Gutiérrez también asegura cuenta que Eslava estaba obligado por contrato a realizar un nuevo Miserere para la Catedral de Sevilla cada dos años. El primero data de 1833, y el segundo -el más famoso, y el que ha llegado hasta nuestros días- es de 1835. Para el que tendría que haber compuesto en 1837, sin embargo, se limitó a cambiar sólo tres números de la partitura precedente. Además, en lugar de destruir las anteriores versiones, Eslava los adjuntó a la nueva poniendo simplemente no vale. Este hecho ha desatado ciertas discusiones alrededor de los instrumentos empleados, que Gutiérrez quiere zanjar: "Emplearemos trombón, dos faotes y una tuba en fa, para que suene como originalmente lo concibió Eslava", añade el director.

Siguiendo el discurso de Gutiérrez, "los mayores enemigos de Eslava han sido los añadidos, que han vuelto empalagosa la composición", denuncia. "El Miserere tuvo el efecto que tuvo en en Sevilla porque contenía dos elementos puramente cofrades: simbología y didáctica", señala.

Finalmente, y para curarse de ser acusado de hereje, Gutiérrez recuerda que el Miserere no siempre sonó igual, y no sólo respecto a los doce directores oficiales que ha tenido desde su creación: "Hay versiones para laúd y piano, para piano solo, para cuartetos instrumentales, con la secuencia cambiada, con fragmentos cortados, con números transportados a otras tonalidades, cantado por tenores o por cuatro niños... Incluso se tocaba en el Gran Café Europeo de la calle Sierpes con versiones para piano y voz", apostilla.

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