Museo de Zurbarán de la iglesia de San Juan de Marchena.
El único museo de Zurbarán que hay en la provincia de Sevilla es el que se encuentra en la iglesia de San Juan de Marchena, que alberga nueve lienzos del pintor extremeño. Para darlo a conocer fuera de la localidad y de la provincia, el Ayuntamiento de Marchena y Prodetur han decidido aprovechar el tirón que está teniendo la exposición Santas de Zurbarán: Devoción y Persuasión, que estará en el Espacio Santa Clara hasta el próximo 20 de julio.
Para ello, según explicó ayer el alcalde de Marchena, Juan Antonio Zambrano (PSOE), en la muestra de la capital hispalense se ha dejado información sobre el museo marchenero. El objetivo, según el regidor, es crear un producto turístico que relacione la exposición del Espacio Santa Clara con el museo de Zurbarán que existe en la iglesia de San Juan de Marchena. Queremos buscar sinergias, que haya interconexión, entre la exposición sobre las Santas de Zurbarán con nuestro museo, insistió.
El interés que tienen tanto el Consistorio marchenero como Prodetur para dar a conocer el museo de Zurbarán de Marchena tiene más que razón de ser, puesto que, además de ser la única pinacoteca del pintor extremeño que hay en la provincia de Sevilla, el templo en el que se encuentra es un monumento histórico artístico protegido, ya que fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 1931.
Esta iglesia, consagrada a la degollación de San Juan Bautista, se construyó en el siglo XV. Según explicó Zambrano, en 1490 ya se habían levantado la nave central y las dos laterales, y posteriormente en el siglo XVI se amplió a cinco naves. Su estilo es gótico-mudéjar y fue construida a dos aguas con el exterior de tejas y el interior de artesonado mudéjar.
Las nueve obras que este templo posee de Zurbarán fueron encargadas por la propia parroquia al pintor extremeño en 1634, cuando el artista se encontraba en Sevilla realizando unos trabajos. El pintor entregó los cuadros en 1637 y está compuesta un Crucificado, la Inmaculada, San Juan Bautista, San Pedro, San Andrés, San Bartolomé, San Pablo, Santiago el Mayor y San Juan Evangelista. Las obras más relevantes son la Inmaculada, que atrae el interés de los especialistas por su singularidad; el Crucificado, que resalta por su estudio de la luz del eclipse que hace destacar la figura de Cristo sobre el fondo negro del lienzo; y San Bartolomé, del que llaman la atención los pliegues, textura y caída de la telas. Esta calidad de las obras ha hecho que hayan participado en exposiciones nacionales e internacionales y que hayan servido de inspiración a diseñadores que participan con sus modelos en la exposición de Las Santas del Convento de Santa Clara.
