Llevaban 20 días a la deriva cuando el pesquero gallego Tiburón III, procedente de Ecuador, les divisó. Había siete cadáveres en avanzado estado de descomposición y un hombre muy grave. 49 personas están aún desaparecidas en el mar.
El barco español venía desde Ecuador y acababa de detenerse en la isla de San Vicente en Cabo Verde, para dejar a la mitad de su tripulación. Los otros seis marineros, de origen gallego, partían desde las costas africanas rumbo a La Guarda, en Pontevedra, donde se encuentra la base del pesquero. Fue las 19.00 horas del pasado miércoles cuando los tripulantes avistaron a lo lejos un cayuco, pero pensaban que se encontraba vacío. Cuando se acercaron, se toparon con una trágica escena: siete cadáveres en avanzado estado de descomposición y un superviviente, destrozado. Tras descubrir el cayuco naufragado, el capitán del pesquero avisó a las autoridades y rescató al superviviente.
El buque hospitalario Esperanza del Mar fue al encuentro del barco y a la 1.30 de ayer recogió al subsahariano y a los siete cadáveres. Ahora, el Tiburón III ya navega de nuevo rumbo a las costas de Vigo. Los marineros tuvieron que achicar agua del cayuco con una motobomba para evitar que se hundiese. Cuando el pesquero subió a bordo al único inmigrante con vida, éste relató los pormenores de su travesía: habían salido del puerto de Nuadibú, en Mauritania, llevaban 20 días a la deriva y los ocupantes del cayuco eran en total 57.
El capitán y el inmigrante, que dijo ser de origen senegalés, se comunicaron por escrito, ya que el superviviente sólo hablaba francés, idioma que desconocía el patrón. El barco gallego llevaba cuatro meses y medio en alta mar dedicado a la pesca del pez espada, pero su tripulación nunca había visto nada parecido. El buque Esperanza del Mar llegará a primera hora de mañana al puerto de Las Palmas. Trasladará tanto al superviviente, que se recupera poco a poco, como a los fallecidos en el naufragio.
Pese a estos trágicos sucesos, las cifras de la tragedia de la inmigración ilegal son esperanzadoras. Desde enero, 13.000 inmigrantes han arribado a las costas españolas. Ese número en 2006 ascendía a 35.000, lo que supone un descenso del 62,8%.
