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El Nobel de Química es para la síntesis orgánica

Los avances en esta materia mejorarán la medicina.

el 06 oct 2010 / 18:34 h.

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El Nobel de Química 2010 premió ayer a los descubridores de tres reacciones consideradas determinantes en síntesis orgánicas. Estos hallazgos han permitido impulsar el desarrollo de nuevas medicinas, así como avances en la agricultura y la electrónica.

De este modo, la Real Academia de las Ciencias de Suecia distinguió al estadounidense Richard F. Heck y a los japoneses Ei-ichi Negishi y Akira Suzuki por sus estudios sobre "las reacciones de acoplamiento cruzado catalizadas por paladio en síntesis orgánicas". Se trata de una herramienta "que ha mejorado ampliamente las posibilidades de crear (compuestos) químicos sofisticados, por ejemplo moléculas basadas en el carbono tan complejas como las presentes en la propia naturaleza", según el fallo.

En este sentido, la Academia resaltó que la química orgánica es la "base de la vida". Sin embargo, la estabilidad del carbono y el hecho de que sus átomos no reaccionen fácilmente entre sí obligan a usar agentes externos para sintetizar nuevas moléculas, de ahí la importancia de esta herramienta.

La industria química alemana Wacker fue la primera que usó en la década de los 50 el paladio como catalizador, para transformar el etileno en acetaldehído, un compuesto usado en la síntesis de plásticos, pinturas y lacas, entre otras aplicaciones. Animado por el creciente interés por el "proceso Wacker", Richard F. Heck empezó a emplear el paladio como catalizador. Y ya en 1968 sus estudios mostraban el éxito en las reacciones de átomos de carbono, muy usados en la producción de medicamentos como el antiinflamatorio naproxeno o el montelukast -contra el asma-, pero también en la industria electrónica.

Negishi, por su parte, desarrolló en 1977 una variante que sustituyó al magnesio usado durante más de medio siglo por zinc, lo que resolvió los problemas de inestabilidad. Dos años más tarde Suzuki ideó la reacción que lleva su nombre usando el boro, un activador más benigno y menos tóxico que el zinc, una ventaja en aplicaciones a gran escala como la producción de sustancias para proteger los cultivos agrícolas de hongos.

Estas reacciones se usan en medicina, tanto en la lucha contra el cáncer o el VIH, como en la mejora de los antibióticos. Además, los científicos las utilizaron en la electrónica, para aumentar la calidad de las pantallas de última generación. En este sentido, el jurado concluyó su fallo destacando que aunque estas reacciones son ya de "gran importancia", "es probable que sean aún más importantes en el futuro".

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