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El ojito derecho del fútbol español

El futbolista del Barça y la Selección sigue mostrando la misma humildad a pesar de que ya tiene un palmarés de vértigo.

el 23 jun 2013 / 19:17 h.

Andres Iniesta PerfilaturaUna fotografía suya durante la Eurocopa de 2012 dio la vuelta al mundo y reiteró que Andrés Iniesta Luján (Fuentealbilla, Albacete, 1984) es un prodigio del fútbol. Seis jugadores de Italia rodeaban al centrocampista español para intentar robarle la pelota. Es el hombre al que todos los equipos rivales intentan anular porque son conscientes de que como le des un par de metros, te la puede liar. Y a sus 29 años, la lista de líos ya es interminable. Andrés es el niño mimado del fútbol español. Es ovacionado en todos los estadios que juega –excepto en San Mamés y más por temas políticos que deportivos– porque para todo aficionado al fútbol es un auténtico lujo verlo en directo aunque su equipo gane el partido, algo que ocurre la mayoría de las veces. Es un tipo sencillo que no hace grandes alardes en su vida ordinaria y que únicamente quiere disfrutar sobre el césped. Su sencillez extraña a veces en este mundo loco del fútbol, al tiempo que se agradece. Pep Guardiola ya lo definió como un tipo distinto:ni se tiñe el pelo ni se hace tatuajes, algo raro hoy día entre los jóvenes futbolistas multimillonarios, y es que Andrés únicamente es feliz jugando al fútbol. Él mismo dice que no siente la presión de saltar a un estadio abarrotado de gente ya que eso es el sueño que tenía desde niño. Se lo toma como un gran regalo con el que únicamente tiene que disfrutar jugando noventa minutos. Su carrera futbolística se asemeja demasiado a un cuento de hadas con un final más que feliz. Criado en una humilde familia de un pequeño pueblo de Albacete, fue descubierto por el FC Barcelona en el torneo de Brunete que anualmente organiza la Fundación El Larguero. Aquel niño de 12 años que vestía la camiseta del Alba deslumbró a todos. Tenía algo distinto a los demás y un par de meses después dejó su pueblo para marcharse a La Masía, la fábrica de futbolistas del Barça. La decisión le costó muchísimas lágrimas porque no era más que un niño de pueblo que soñaba con jugar en Primera, pero a esa edad el precio que comenzó a pagar sin su familia y lejos de casa le parecía excesivamente caro. En ese momento comenzó una fulgurante carrera deportiva que todavía no se sabe las cotas que alcanzará, pero a su edad ya lo ha ganado absolutamente todo en el mundo del fútbol. Con sólo 15 años ya comenzó a entrenarse de vez en cuando con la primera plantilla del Barcelona y en la 2003-04 debutó con el primer equipo con Louis van Gaal como entrenador, aunque todavía permaneciera dos temporadas más alternando entre el filial y el primer equipo. Su método se basa lógicamente en el trabajo pero también en la humildad. Iniesta sigue siendo la misma persona que salió de Fuentealbilla para convertirse en un crack mundial. Jamás tiene un mal gesto con un rival, no dice una palabra más alta que otra y siempre sale al campo con la idea de divertirse. Él mismo ha dicho en más de una ocasión que su secreto estriba en seguir jugando de la misma forma que lo hacía en el colegio, algo que parece muy sencillo pero visto lo visto solo está al alcance de los elegidos. Y como es un elegido en esto del fútbol, el albaceteño tuvo el honor de pasar a la historia del fútbol español por ser el autor del gol que dio a España su primera Copa del Mundo. El 11 de julio de 2010 logró batir la portería de Holanda en el minuto 116 del partido y desde entonces se convirtió en el ojito derecho de los futboleros y no futboleros españoles. A todo el mundo le cae bien y no había nadie mejor que él para ser el héroe de la final. La sencillez de Iniesta ha encandilado al mundo del fútbol y todos los españoles se alegraron de que fuera él el autor del histórico tanto. Ese día, en el Soccer City de Johannesburgo también demostró que el fútbol no está reñido con la rivalidad, y dedicó el gol que valía una Copa del Mundo a su amigo Dani Jarque, futbolista del Espanyol fallecido en el verano de 2009. El palmarés de este futbolista hijo de un albañil que salió de Fuentealbilla asusta con sólo echarle un vistazo. Con el Barcelona ha ganado seis ligas, tres Champions, dos Copas del Rey, dos Supercopas de Europa, cinco Supercopas de España y dos mundiales de clubes. Con La Roja, dos campeonatos de Europa y un título Mundial, los tres de forma consecutiva. Y ahora deslumbra en la Copa Confederaciones. Ahí es nada. Y como es buena persona, quiere devolver a la sociedad buena parte de lo que él ha recibido de ella. Para ello, invirtió diez millones de euros en las Bodegas Iniesta. Allí da trabajo a decenas de vecinos de su pueblo y de la comarca de La Manchuela. Hace dos años, también invirtió casi medio millón de euros para convertirse en el máximo accionista del Albacete, el club de su vida con permiso de los culés, y evitar su desaparición a causa de la deuda financiera. Su compromiso con la sociedad está más que demostrado y con el fútbol también. Afortunadamente, lo seguiremos disfrutando.

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