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El ojo que vigila los pantanos

El último temporal de lluvias que ha provocado inundaciones en varios puntos de la provincia de Sevilla ha dejado en el aire preguntas sobre cómo funciona el sistema de desembalses y si, regulándolos de diferente forma, se hubieran podido evitar las riadas. Las respuestas están en el Sistema Automático de Información Hidrológica de la Cuenca del Guadalquivir (SAIH) , órgano dependiente de la Agencia Andaluza del Agua desde el que se decide el funcionamiento de cada presa.

el 18 dic 2010 / 19:52 h.

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A través de sus ordenadores y de una gran pantalla los trabajadores del SAIH tienen a su disposición todos los datos de los embalses.
En su sala de control tienen la información al minuto del caudal que reciben todos los embalses, el nivel de cada uno y los desembalses que se están produciendo en cada momento. Javier Aycart, ingeniero técnico encargado del SAIH, explica la importancia de la labor de control: "Los embalses tienen dos funciones, acumular reserva de agua, sobre todo en Andalucía donde el régimen hidrológico es muy variable; y, por otro lado, está la regulación de avenidas, podemos hacer que los caudales puntas sean muy inferiores". Y es lo que han hecho durante el puente: "Llegaban caudales de 9.771 metros cúbicos por segundo y soltaban como máximo 2.982, el día 9. Toda la punta se ha quedado en los embalses", resalta Aycart.


Lo más importante es hallar el equilibrio. "Para la primera función hay que tener el nivel de los embalses lo más alto posible, pero para la defensa de avenidas cuanto más vacíos estén mayor para la reducción de las puntas. Hay que llegar a un equilibrio", destaca.

Lo habitual es que cada embalse tenga un resguardo de seguridad de entre el 30% y 0, pero "ahora, por la época del año en que estamos es mayor el porcentaje de seguridad", señala el responsable del SAIH. Sin embargo, este año los embalses estaban antes de las lluvias al 75% de su capacidad "y hemos asumido bastante, pero ha llovido fuera de los embalses, aguas abajo, donde no se puede controlar", afirma Aycart.

Éste ha sido el principal problema tanto en Écija como en Lora del Río: "En Écija cerramos el pantano de Iznájar cuando empezó a llover. Habitualmente desagua 20 metros cúbicos por segundo, sin embargo a la ciudad llegaron 1.130 metros cúbicos por segundo de los que 1.110 procedían de la lluvia aguas abajo del Iznájar, precipitaciones intensas y en muy poco tiempo", destaca y añade: "fue totalmente imposible de controlar y de evitar la inundación".

En el caso de Lora del Río, "recogió lo de Écija y todo lo que iba llegando del Guadalquivir desde Jaén, donde seguía lloviendo". Y es que en 48 horas entraron 1.000 hectómetros cúbicos (Hm3) en los embalses del Guadalquivir, cuando hay años que no se recoge tanto", señala el ingeniero, que resaltó que sólo lo hubieran podido parar si los embalses "estuvieran todos vacíos". Como ejemplo, en el año hidrológico 1994-1995 -del 1 de octubre al 30 de septiembre-, el más seco de los últimos registrados, recogieron 356 Hm3.

Javier Aycart reconoce que una situación como la ocurrida durante el puente "es incontrolable. En dos días 1.000 Hm3 y en cuatro, del 5 al 9, 1.300, y sólo hemos desembalsado 427 Hm3 porque los embalses han llegado al 100% y porque había que reservar. Y ahora iremos soltando agua poco a poco". Si no se hubiera controlado el nivel de los embalses por la presa de Alcalá del Río en vez de pasar 800 Hm3 en ese tiempo hubieran pasado 1.600 Hm3.

En la decisión de empezar a desembalsar influye directamente las previsiones meteorológicas: "Cuando vimos la previsión de lluvia desembalsamos un poco más los días previos, pero éstas no indican dónde ni cuánto va a caer", resalta el ingeniero quien señala que las máximas precipitaciones se dieron, además de en Écija, en el norte de las provincias de Sevilla, Córdoba y Jaén, "por lo que si hubiésemos soltado más agua de los embalses del sur de la cuenca no hubiera servido de nada".

La determinación de cuándo y cuánta cantidad de agua soltar de los embalses se toma aquí: "la tomamos los técnicos de la Agencia Andaluza del Agua, el director general y yo personalmente que me encargo de coordinar también con cada ingeniero encargado de cada presa", afirma.

Cuando esto ocurre, el SAIH avisa al Centro de Coordinación de Emergencias (Cecem) y ellos avisan a los ayuntamientos, Policía Local, Bomberos..., aunque en situaciones especiales, como en el caso de Écija, entran directamente en contacto con el Consistorio afectado.

En cuanto a los estados de prealerta o alerta, como el que tenían los municipios de la ribera, "nosotros declaramos una alerta interna, con turnos de 24 horas en esta sala de control, pero en función de las previsiones que les damos la delegación del Gobierno de la Junta decreta los demás". Normalmente trabajan siete personas en turno de mañana y tarde, aunque siempre hay al menos una persona de guardia por la noche. Además, en campo, hay otras 15 personas encargadas de mantenimiento y de revisar los sensores en los ríos.

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