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El "pacto de silencio" resiste el juicio

Las defensas de Samuel, Javier y María pidieron su absolución alegando la falta de pruebas y criticando la investigación policial.

el 29 nov 2011 / 22:23 h.

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José Antonio Casanueva, el abuelo de Marta, consuela a su hija Eva rota tras la última sesión del juicio.

De nada sirvió que el lunes la acusación rogara a los cuatro adultos acusados por el crimen de Marta del Castillo que dijeran dónde está su cuerpo . Todos respetaron el "pacto de silencio", que entre ellos existe según el fiscal, y negaron saberlo en su turno de última palabra y todas ellos reclamaron su libre absolución, salvo de la Miguel Carcaño, a un tribunal que ahora tiene la difícil tarea de dictar una sentencia justa. Ahora toca esperar.

Han sido 19 sesiones, el juicio ha terminado una jornada antes de lo previsto, en la que han desfilado 91 testigos (incluidos el taxista y su mujer) y 14 peritos para solucionar un puzzle que no encaja porque casi tres años después aún falta la pieza principal: Marta. Ayer, tras oír los informes de las acusaciones y de la defensa de Miguel, era el turno de los letrados de Samuel Benítez, Javier Delgado y María García antes de oírles a ellos por última vez.

El abogado de Samuel, Manuel Caballero, hizo un extenso y repetido informe en el que criticó tanto a la Policía, al juez, y, una vez más, a los medios a los que acusa de presionar a la Policía y abocarla a una investigación "precipitada". Su exposición se puede resumir en tres columnas sobre las que vertebró todo su discurso: las presiones policiales que le hicieron inicialmente confesar, la falta de pruebas biológicas que impliquen al joven y su férrea coartada. Así, comenzó destacando la "incoherencia" de las primeras declaraciones de Samuel que, a su juicio, se realizaron por unas presiones policiales, que nunca fueron detalladas por el joven como tampoco denunciadas. El único elemento en el que se basa es en un "hematoma en el brazo derecho" que recogió el médico de prisión, recordando que el juez no permitió que un forense examinara al joven.

El abogado detalló la jurisprudencia que descarta como prueba tanto las declaraciones policiales de un acusado o la de un coimputado que implique a otro, como ocurre en este caso, pues a Samuel le implican tanto Miguel como el Cuco. Además, dijo que Miguel le "metió por venganza" porque "sabía que él estaba colaborando con la Policía y porque le vio en la televisión hablando de él", pero no aclaró por qué lo hizo el Cuco, que era su amigo íntimo.

En cuanto a las pruebas, el letrado recordó la declaración de la jefa del Grupo de Menores de la Policía en la que admitió que "no hay restos biológico" de Samuel en el escenario del crimen entre los 194 vestigios hallados. "Tampoco hay vídeos que demuestren que llegara a León XIII ni ningún testigo lo ve" y recalcó que "las acusaciones no relatan pruebas contra él y ni fijan horarios concretos de los hechos". "Hay que dejar de lado las especulaciones", dijo para insistir en que Samuel estuvo en Montequinto donde "la cadena de acompañamiento no se rompe hasta muy entrada la madrugada", señaló en referencia a que siempre estuvo alguien con él.

El abogado de Javier Delgado, José Manuel Carrión, defendió "su inocencia" basándose en que "las acusaciones construyen su relato sobre conjeturas fácticas y jurídicas", recordando que "no hay pruebas biológicas que lo impliquen", más allá del ADN localizado "en una alargadera que estaba en el televisor de su habitación". El letrado recalcó que "no se ha podido comprobar si el "apagón" de los móviles en la misma franja horaria se produjo "porque realmente se apagaron", porque no recibieron llamadas o estaban sin cobertura. Pero, en lo que se centró fue en desmontar la acusación del Cuco, el único que dijo que Javier estaba en el piso, y la del taxista. Sobre la primera, destacó que ese relato del menor es "incompatible" con la versión de la violación que las acusaciones dan por válida. "El menor cuenta que llega y vio a Javier en el salón", cuando la versión de Miguel de la violación incluye al Cuco "como sujeto activo", pues él estaba en León XIII, donde agrede y estrangula a Marta. Además, dijo que "no tiene sentido" que el que fuera menor acudiera al día siguiente del crimen a León XIII "si como dijo estaba amenazado por Javier, que vive allí". Pero, lo más claro para el abogado es que el Cuco incriminó a Javier "como venganza" porque Miguel lo había metido a él. "Así lo dijo en el careo entre ambos, por lo que hay un motivo espurio y, por tanto, no puede ser tenido en cuenta para enervar el principio de presunción de inocencia".

El letrado incidió también en que "sus movimientos aquella noche están claros", pues estuvo con su exmujer hasta las 23.30 horas hasta que se fue al bar a relevar a su socio, afirmando que el taxista "pudo llevar otro día a Javier a León XIII" y que la inclusión de este testimonio "supone una vulneración del principio de defensa". Por último, sobre las conversaciones con Miguel, Carrión admitió que "pueden ser sospechosas", pero de ellas "no se desprende que Javier supiera algo". De hecho, aseguró que fue "manipulado" por Miguel, pues "le mintió".

Por último, el abogado de María, José Antonio Salazar, lamentó la "dramática pobreza probatoria" en la que se basa la acusación de María García, insistiendo en que "ni la Policía ni el juez sospecharon de ella" y que su "detención tardía" (se produjo a los dos meses de la del resto de imputados) se produce "cuando la búsqueda del cuerpo es infructuosa" y se "instaura la hipótesis de que el cuerpo fue sacado de madrugada". "Nadie la miente ni una sola vez" y "nadie pregunta por dónde estaba ella en las reconstrucciones", concluyó.

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