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El ‘padre’ de la fecundación in vitro gana el Premio Nobel de Medicina

Robert Edwards revolucionó los tratamientos de infertilidad en la década de los 70.

el 04 oct 2010 / 19:51 h.

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Robert Edwards, en el 30 cumpleaños de Louise Brown (a la derecha), la primera niña probeta.

El Instituto Karolinska de Estocolmo premió ayer con el Premio Nobel de Medicina al británico Robert G. Edwards, de 85 años, que, al desarrollar la terapia de fecundación in vitro, posibilitó una transformación radical en el tratamiento de la infertilidad.

Sus investigaciones marcan un hito en la medicina moderna, según el jurado, y han creado un nuevo campo de estudio. Pero lo más importante es que la labor de Edwards ha permitido el nacimiento de cuatro millones de niños, así como solucionar los problemas de esterilidad, que afectan al 10% de las parejas del mundo que quieren tener hijos.

El proceso de fertilización in vitro fue estudiado por primera vez en no mamíferos a mediados del siglo XIX. Un siglo después, los investigadores de medicina reproductiva discutían sobre cómo fecundar óvulos, pero la complejidad del proceso y la insuficiencia tecnológica hacían que no se produjeran avances, hasta que apareció Edwards. Este científico realizó descubrimientos significativos, que le llevaron a fecundar un óvulo humano en una probeta en 1969, aunque esos óvulos no se desarrollaban más allá de una división celular simple.

Edwards pensó que óvulos madurados en ovarios podrían funcionar mejor, pero el problema era que no existía un método conocido para extraer un número suficiente en la fase correcta. Con la ayuda del ginecólogo Patrick Steptoe, que comenzó a sacar los óvulos de los ovarios, que después Edwards fertilizaba in vitro, comenzaron a formar con éxito embriones precoces.

A comienzos de la década de 1970 empezaron a transferir embriones fecundados in vitro a los úteros, y tras un centenar de intentos frustrados, llegó el éxito definitivo. El primer bebé probeta, Louise Brown, nació el 25 de julio de 1978, y con ella, una nueva era en la medicina. A Brown, le siguieron millones de niños más. Por ello, ayer tras conocerse la noticia, la primera bebé probeta mostró su "alegría". "Es una noticia fantástica, mi madre y yo nos alegramos de que uno de los pioneros de la fecundación in vitro haya recibido el reconocimiento que se merece", declaró Brown, que tiene ahora 32 años.

Rechazo del Vaticano. Pese a todo, la oposición por problemas éticos de políticos, líderes religiosos e incluso otros científicos fue una constante en esa etapa, pero no impidió que las investigaciones siguieran avanzando. Una oposición que dura hasta hoy. El Vaticano criticó ayer la concesión del premio Nobel a Edwards y el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el español Ignacio Carrasco de Paula, expresó su "perplejidad".

No obstante, el trabajo que realizaron Edwards y Steptoe supuso un antes y un después en medicina reproductiva, pero también sirvió de inspiración a muchos otros científicos. Así, Bill Harris, de la Universidad de Cambridge, en la que trabaja el galardonado, declaró: "Éste es un perfecto ejemplo de cómo la ciencia básica puede tener un enorme y beneficioso efecto en la medicina moderna. Louise Brown y otros miles de seres humanos deben su existencia al gran descubrimiento logrado por Bob".

La elección en Medicina abrió la ronda de ganadores de los Nobel, que seguirá hoy con el de Física, y continuará en los próximos días con los de Química, Literatura, de la Paz y Economía.

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