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El ‘padre’ de La Rosaleda

El barrio dedica una plaza al histórico líder vecinal que hace casi cuatro décadas consiguió la entrada de las primeras líneas de autobuses públicos. A sus 84 años, recibe a diario numerosas muestras de cariño de sus convecinos.

el 20 sep 2014 / 12:00 h.

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Miguel López y Paco Gómez, secretario y presidente de la asociación Doctor Antonio Cortés que ha promovido este homenaje a Juan Manuel Pozuelo. / José Luis Montero Miguel López y Paco Gómez, secretario y presidente de la asociación Doctor Antonio Cortés que ha promovido este homenaje a Juan Manuel Pozuelo. / José Luis Montero Un «buen feriante», «algo sevillista», «no muy manitas pero con una labia capaz de convencer al mismísimo presidente del Gobierno si fuera preciso». Y, por encima de todo, «un enamorado del barrio» del que siempre se ha sentido «muy orgulloso» y por el que ha trabajado incansablemente durante años. Así definen sus vecinos a Juan Manuel Pozuelo Méndez, extrabajador de Tussam de 84 años y primer presidente de la asociación vecinal Doctor Antonio Cortés de La Rosaleda, en el Parque Amate. En próximas fechas rotularán una plaza con su nombre: «Es lo menos que podemos hacer por quien tanto ha luchado y tanto cariño despierta en La Rosaleda», explica el actual presidente vecinal, Paco Gómez. El pasado 12 de septiembre el pleno del distrito aprobaba –«por unanimidad», subrayan– la propuesta vecinal de dedicar una plaza a este histórico. La idea, «como todas las buenas cosas en la vida», se fraguó en la bodega Mi Tierra, donde suele ir Pozuelo en compañía de su esposa Josefina el sábado al mediodía. Hace unos meses coincidieron allí miembros de la junta vecinal y el delegado del distrito Cerro-Amate, José Miguel Luque. A la cita se sumó también el dueño del negocio, Carlos Fernández, otro de los impulsores del homenaje. Carlos recuerda con cariño algunas vivencias de adolescencia que ha compartido con Pozuelo: «Era el único hombre del barrio que no nos reñía cuando estábamos jugando al fútbol», destaca este hostelero de 40 años para quien este hombre es «toda una institución» en La Rosaleda porque «siempre ha estado haciendo cosas para el barrio». Josefina Salas y Juan Manuel Pozuelo en la pasada edición de la Feria de Abril. / El Correo Josefina Salas y Juan Manuel Pozuelo en la pasada edición de la Feria de Abril. / El Correo Carlos, Paco y el secretario de la entidad vecinal, Miguel López, van esbozando cada uno de los logros alcanzados durante la etapa activa de este cobrador de Tussam que en plena Transición se metió en el movimiento vecinal. «Fue el primer presidente que tuvo la intercomunidad hace 39 años, y también el primer presidente de la asociación Doctor Antonio Cortés», rememora Paco, mientras Carlos añade que gracias a Pozuelo el barrio se situó en el mapa de Sevilla y quedó conectado con el resto de la ciudad. «Trajo las primeras líneas de Tussam, impulsó el arreglo del acerado, el tema del pozo y la gran mayoría de las mejoras que tenemos hoy». Palabras que suscribe la madre de Carlos. Esta se emociona al conocer la iniciativa: «Mira, mira, con los pelos de punta con solo oírlo. Cuántas veces lo he pensado y mira, ya está aquí el reconocimiento. Una plaza... Con su nombre... Genial. No sabía nada, pero está más que merecida. No habrá ni un vecino que no se alegre, pues nunca tuvo ni un sí ni un no», se sincera Maruja mientras destaca la afición del líder vecinal por la Feria, donde suele ir «con sombrero de ala ancha, clavel rojo en la solapa...» Maruja lo conoce bien. Compartió con Pozuelo los inicios del barrio. Cuando todo era «una escombrera» y había que dar «una vuelta por la Avenida de Andalucía» para llegar a la Candelaria para ir al médico o bien tomar un autobús para poder desplazarse al Centro. «Aquellos eran tiempos muy complicados, pero todos estábamos muy unidos. Siempre con Pozuelo. Él iba delante y luego todos juntos», rememora esta vecina cuyo marido también fue trabajador de Tussam. Pese a que lleva un tiempo apartado del activismo vecinal y disfruta de su jubilación, Pozuelo ha dejado algunas enseñanzas. «No es un hombre de consejos, pero sí es cierto que de él hemos aprendido que sin lucha no se consigue nada», por lo que «si tuviéramos otro Pozuelo el barrio lo notaría», sentencia el actual presidente vecinal. No hace falta tirar de hemeroteca para recordar sus conquistas. El pueblo sabio guarda en su memoria cada capítulo, aunque nadie como los de casa para hacerse una idea de su entrega. «Venía del Ayuntamiento de arreglar cosas para el barrio y se iba a trabajar», confiesa su hijo Manuel, quien asegura que todo lo hizo «por devoción» sin buscar en ningún momento beneficio ni reconocimiento». El vástago de Pozuelo relata además que el alumbrado público se puso en la avenida de Parque Amate gracias al esfuerzo de todos: «No tenía luz y se facilitaron las farolas y los vecinos corrieron con su colocación». Maruja, como otras tantas madres, pone su atención en otro asunto. «Cuando murió Franco, fuimos las madres del colegio [el de Juan de la Cueva] a manifestarnos a las puertas del Ayuntamiento para reclamar limpiadoras para el centro. Pozuelo logró que nos recibieran. Mientras llegaban las limpiadoras, asumimos nosotras la faena». Pero hay más. La actual sede vecinal, en la plaza del Generalife, fue posible gracias al sudor –literalmente hablando– de los vecinos. «Entre todos adecentamos aquel local en el que se guardaban los materiales de las obras que se realizaban por el barrio. Pozuelo se merece una plaza y hasta un monumento», sentencia Maruja para terminar afirmando que «ha sido un hombre que lo ha hecho todo por el barrio. No se dedicaba a organizar viajes, sino a trabajar por el barrio». Un barrio que «en breve» inaugurará la plaza Juan Manuel Pozuelo Méndez, entre la avenida del Parque Amate y la calle General Ollero. Será el «justo» agradecimiento para que las futuras generaciones recuerden la entrega de este padre de La Rosaleda.

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