El Parque de Actividades Medioambientales de Andalucía (PAMA), en Aznalcóllar, creará al menos 700 puestos de trabajo en torno a la industria medioambiental. Este parque empresarial de la Gran Sevilla será el que más suelo destine al sector en todo el país.
Cuando se apruebe definitivamente el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (Potaus), el PAMA pasará a considerase área de oportunidad, es decir, de aprovechamiento supramunicipal. La Consejería de Obras Públicas respalda así una iniciativa de la Junta de Andalucía, de la Diputación de Sevilla y del propio Ayuntamiento de Aznalcóllar para implantar un parque tecnológico especializado en Investigación y Desarrollo (I+D) medioambiental tras el vertido de la mina de Boliden en 1998 que dejó sumida la comarca en una profunda depresión.
El Potaus considera el proyecto como "una actuación de interés estratégico" en una área "con graves problemas socioeconómicos" que servirá para atraer otras industrias complementarias. Entre los retos que plantea el proyecto está prevenir el impacto ambiental de las actividades que se implanten en el polígono y "coordinar" su desarrollo con el resto de actuaciones previstas en el corredor del Guadiamar.
Todavía son pocas las empresas que ya operan desde el polígono a pesar de que el 96% de la primera fase (82 hectáreas de un total de 150,8) ya está ocupado. Sin embargo, las 42 empresas que ya han adquirido un total de 79 parcelas (más de 400.000 metros cuadrados), sirven para poner de manifiesto el interés que el PAMA despierta entre los empresarios. En conjunto, estas empresas tienen previsto realizar una inversión de 73 millones de euros -excluyendo el valor del suelo- y generarán 400 empleos.
Entre las empresas instaladas, están la planta de reciclaje de chatarras férricas y vehículos promovida por Lyrsa y la de valorización de neumáticos de RMD. Destacan también las instalaciones de energía fotovoltaica de Gamesa Solar y el proyecto de Inselma para recuperar la antigua mina y reconvertirla en calderería. Recilec, por su parte, tiene un almacén de línea blanca de reciclaje y Mulato una empresa de maquinaria industrial para movimiento de tierras.
El PAMA, puesto en marcha por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, destina un 54% de su suelo a empresas del sector medioambiental, mientras que un 31% corresponde a uso industrial y el 15% restante a comercio. Un total de 140 parcelas son de titularidad municipal para constituir un micropolígono, del que ya se han construido y adjudicado las dos primeras fases (80 naves industriales) y están en proyecto otros dos (60).
El micropolígono se concibió para propiciar el traslado de las empresas instaladas en el casco urbano pero también son numerosos los negocios de fuera que han optado por ubicarse en él. En este sentido, la alcaldesa, Salud Santana (PSOE), explicó que "se generará una media de dos puestos de trabajo por nave industrial", lo que supondría la generación de cerca de 300 empleos "ya que hay empresas con plantillas de casi 20 personas". Éste es el caso de una empresa de aluminio ya instalada en el micropolígono con una plantilla de 15 trabajadores.
Más allá de su propia superficie, el PAMA actúa como tractor de otras actividades que se ubican en su entorno, en el denominado sector de reindustrialización.
