Cataluña abrió la veda a la prohibición de los toros y el polémico veto animó a los abolicionistas a intentarlo en otras comunidades. En Andalucía, donde la fiesta nacional tiene infinítamente más adeptos, la Comisión Investigadora del Maltrato Animal (CIMA) presentó una iniciativa popular en el Parlamento para impedir las corridas y ayer superó el primer filtro. La Mesa de la Cámara admitió a trámite la propuesta, que cumple todos los requisitos formales, pero sin el apoyo de los dos grupos mayoritarios (PSOE y PP), no verá la luz y quedará en mera anécdota.
Además primero, sus promotores deben reunir 75.000 firmas para que se debata en el Parlamento y, segundo, porque los socialistas avisaron de que con su mayoría tumbarán "cualquier medida que atente contra la Fiesta". También el PP defenderá con uñas y dientes la continuidad de los toros e IU de momento no se pronuncia, aunque admite que el tema no preocupa ahora a los andaluces.
Al mismo tiempo que la Cámara admitía la propuesta de la CIMA, el consejero de Gobernación y Justicia, Luis Pizarro, se reunía con los miembros de la Mesa del Toro, entre ellos Curro Romero, Espartaco o Eduardo Dávila Miura, para garantizarles que la Junta protegerá la Fiesta "sin complejos". Pizarro dijo que hay un "amplio consenso político y social" en torno a los toros, una actividad que forma parte de la "cultura de Andalucía" y que reporta pingües beneficios: genera 40.000 empleos y mueve 500 millones.
semana santa. La petición de prohibir los toros no es la única iniciativa ciudadana que ha llegado al Parlamento. La Mesa deberá estudiar otra propuesta, auspiciada por un particular, para que la Semana Santa andaluza sea considerada Bien de Interés Cultural, con los beneficios económicos y de protección que esto conlleva. Se apoya en que es uno de los "principales motores turísticos" y pone de ejemplo la implicación del actor Antonio Banderas para crear una Cátedra de Estudios Cofrades. De las 23 iniciativas populares durante la autonomía, sólo dos se han debatido.
