Economía

El patrón que alertó al SOC

El Instituto Internacional San Telmo edita un libro sobre la vida de Javier López de la Puerta, empresario, fundador de la patronal Asaja Sevilla e impulsor de la escuela de negocios andaluza.

el 27 nov 2011 / 20:07 h.

Los campos de cereal ardían, mas quiénes prendían el fuego nunca se llegaría a comprobar. Se decía que eran jornaleros sindicalistas, siempre en su lucha contra los terratenientes y reclamando tierras y trabajo, tiempos muy convulsos, recién llegada la democracia, convertida la agricultura sevillana en un polvorín, el SOC y los grandes agricultores -a quienes llamaban latifundistas- frente a frente. Fue entonces cuando el patrón Javier López de la Puerta salvó de la cárcel a Francisco Casero, mi casa te ofrezco, escóndete allí, enemigos somos en intereses, aunque aquí tienes mi mano.

Lo cuenta el propio Casero, el fundador del SOC, hoy presidente de la asociación Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAAE), en el libro titulado Entre amigos. Semblanzas de Javier López de la Puerta. Escrito por Carlos González Barberán por encargo de la escuela de negocios andaluza Instituto Internacional San Telmo y con una treintena de colaboraciones, recoge la biografía póstuma del empresario de Osuna, padre de Asaja Sevilla y de esta institución formativa de directivos, fallecido hace dos años.

Cuenta Casero que en 1978, en medio de masivas protestas en el campo, recibió una llamada avisándole de que iban a detenerlo al día siguiente. Era López de la Puerta. "Me ofreció su casa para que me resguardara hasta que se calmasen las cosas". Uno, patrón agrícola, otro, líder jornalero, más antagonistas, imposible. "De esas posturas enfrentadas, yo inmerso en el movimiento jornalero andaluz y él organizando la patronal agraria, surgió nuestra amistad en días en los que el conflicto agrario en toda la comarca de Osuna estaba adquiriendo tintes preocupantes". Al negociar, agrega, "yo no encontré a un señorito, sino a una persona que creía en el diálogo".

El incombustible Casero relata incluso que había propuesto "en numerosas ocasiones" a López de la Puerta, "mi amigo", para la Medalla de Andalucía, "pero nunca se le concedió a pesar de que hizo tanto por esta tierra". Lo volverá a hacer para que, dice, se la otorguen a título póstumo, y no sólo por su faceta de patrón agrario, sino también en la de una persona que apostó por la formación del empresariado para el desarrollo de Andalucía.

El economista y empresario de Estepa José Loring rememora los años de creación de Asaga (la actual Asaja) por parte de López de la Puerta, quien no recibiría compensación económica alguna por su trabajo en la patronal durante los cuatro años que, casi en exclusiva, le dedicó a la asociación, a la que le imprimió, dice, un criterio profesional e independencia plena.

Uno de sus principales éxitos tras un trienio negro (1976, 1977 y 1978) de conflictividad laboral en el campo fue la firma con UGT y CCOO del primer convenio colectivo provincial, allá por 1979, al tiempo que era uno de los cinco representantes de la agricultura estatal que negociaba los precios con el Ministerio del ramo -que por entonces estaba dirigido por Jaime Lamo de Espinosa- dentro de una economía aún intervenida y en la que el Gobierno intentaba a toda costa el control de la inflación. Se rodeó para la patronal de técnicos jóvenes, como José Loring o Miguel Afán de Ribera.

Tomás García Azcárate, que es responsable de la división de Productos Hortofrutícolas de la Comisión Europea, comenta un episodio revelador de la "maestría" de nuestro protagonista. Sucedió con el algodón. El dilema era que si se mecanizaba el cultivo, se perdían miles de jornales agrarios, y si no se hacía, la cosecha no tendría rentabilidad. Su idea -"hoy elemental pero en aquellos tiempos fue una lección para todos", reseña Azcárate- consistió en introducir las sembradoras y cosechadoras pero incrementando la superficie. Se salvaban, de esta forma, la producción y el empleo que generaba. Nacía, así, el Plan del Algodón, origen del oro blanco andaluz.

A lo largo del libro, coinciden los colaboradores en que "Javier creía en Europa". De hecho, participó de las negociaciones para la entrada de España en el club comunitario. Como constata Horacio González Alemán, secretario general de FIAB, la patronal alimentaria española, fue uno de los integrantes del "grupo de sabios de la PAC (Política Agraria Común)".

EL INSTITUTO. La impronta agraria y europeísta quedaron reflejadas en la gestación de la Fundación San Telmo, impulsada por la aristócrata andaluza Gerarda de Orleáns-Borbón y que sería el germen de la escuela de negocios sevillana a partir del asentado y prestigioso IESE. Estamos ya en junio de 1983.

Javier de la Puerta emprendió la negociación con el IESE para que aportara profesores, buscó la ubicación para la escuela (arrancó en el hotel Alfonso XIII) y diseñó los primeros programas de formación. "Lograr la participación de los directivos de las mayores empresas andaluzas fue un trabajo heroico", según narra Gerarda de Orleáns-Borbón.Los comienzos coincidían con la llegada al Gobierno del socialista Felipe González, el polémico debate de la entrada española en la OTAN y la entonces CEE, la expropiación de Rumasa, la reforma agraria -con su lema la tierra para quien la trabaja- del primer Ejecutivo autonómico de Andalucía -al frente, el también socialista Rafael Escuredo-, etcétera.

A los programas de formación destinados a cargos intermedios se sumaron los orientados hacia la alta dirección de las empresas y los especializados, como el denominado Adeca, centrado en los temas agroalimentarios y uno de los que más fama ha otorgado a la institución.

Y aquí regresamos, pues, a la agricultura, que desde el principio fue tratada como empresa en la Casa Cuna, sede de San Telmo. 

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