El plan anti riadas cortará un tramo de la travesía A-392 en Alcalá de Guadaíra

Alcalá de Guadaíra va a cortar parte de la avenida Antonio Mairena, una de las principales arterias de la ciudad, para afrontar más obras que eviten otra catástrofe como la del 2 de octubre de 2007, cuando murieron dos mujeres a causa de una fuerte tromba de agua.

El Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, que tiene previsto un plan anti inundaciones, iniciará hoy las obras en esta avenida, que atraviesa la ciudad y es además la vía de conexión entre la comarca de Los Alcores y Dos Hermanas (A-392). Esta arteria de comunicación permanecerá parcialmente cortada al tráfico durante mes y medio.

El Ayuntamiento informó ayer de que Emasesa está llevando a cabo con ello la ampliación del colector de aguas pluviales de la calle La Mina, que fue la más afectada por la riada. Las obras en la avenida afectarán en especial al tramo que va desde Cruz del Inglés a la rotonda de Beca, en sentido Mairena del Alcor-El Viso. Mientras siga esta actuación sólo se permitirá el acceso a residentes desde la Cruz del Inglés hasta el residencial Hienipa, quedando la avenida en un sentido en dirección a la calle Bailén.

La actuación que obligará a cortar la travesía es sólo uno de los muchos pasos que está dando el Consistorio alcalareño para disponer de un buen plan contra las riadas en la ciudad. En su hoja de ruta están, por ejemplo, las obras de un tanque de tormentas que permitirá retener los excedentes de aguas pluviales cuando la red de alcantarillado se colapse y que la Agencia Andaluza del Agua adjudicó recientemente a Heliopol con un presupuesto aproximado de cuatro millones de euros.

Las obras, que sufren un considerable retraso pues deberían haberse iniciado tras el verano, permitirán construir en el Parque Centro un depósito con capacidad para almacenar 11.150 metros cúbicos de aguas pluviales de los colectores de la calle General Prim, es decir, de la zona norte. Su construcción afectará a una parte de la zona verde urbana de recreo, según el concejal de Servicios Urbanos, Juan Antonio Burgos.

Una vez concluido, el sistema de vaciado logrará la salida de las aguas almacenadas en menos de tres horas, siempre que esté asegurado un caudal inferior a la capacidad de desagüe de la red de las calles Luna y Mairena.

Esa infraestructura permitirá actuar con mayor eficiencia ante situaciones de emergencia como la vivida en 2007, cuando el sistema de alcantarillado quedó totalmente colapsado, por lo que se generaron una riada que arrastró numerosos vehículos y que acabó con la vida de dos personas.

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