La bronca política no se ha apagado tras el Debate del Estado de la Comunidad. El jueves, cuando tocaba votar la reforma fiscal, el PP ni la apoyó, ni la rechazó ni se abstuvo para protestar contra las "otras" subidas de impuestos que "ocultó" el presidente andaluz. Los populares llegaron a pedir que se repitiera el debate y ahora reclaman un pleno extraordinario en la Cámara. Para el PSOE, esto demuestra que Javier Arenas, jefe de la oposición, "además de perder el debate ha perdido su dignidad política".
El secretario general del PP, Antonio Sanz, se despachó ayer a gusto con la Junta por haber rectificado en unas horas los límites de renta de los afectados por la reforma fiscal. Es un hecho "gravísimo, un espectáculo lamentable, dantesco" propio de la "maldad" de un Gobierno "insolvente" que trata de "engañar" a los ciudadanos. Esas fueron algunas de las perlas de Sanz. El PP volvió a denunciar que Griñán "mintió" al asegurar que la subida de impuestos sólo perjudicará a los que ganen más de 80.000 euros al año. "Nos quieren tomar el pelo porque gravan a toda la población. Dijo que el bolsillo de los andaluces notará el impuesto sobre las bolsas de plástico, el de los depósitos bancarios y el de hidrocarburos -que servirá para pagar la sanidad- y que estas medidas "castigan a las familias y a los creadores de empleo". Tendrán consecuencias a su juicio nefastas, como la "fuga" de empresas y entidades de Andalucía y engrosar las cifras del paro. También para Sanz es un "fraude" el recorte en las empresas públicas de la Junta -desaparecerán 110- porque "sólo se ahorrará el 0,6% de su presupuesto".
El coordinador regional de Izquierda Unida, Diego Valderas, también criticó con dureza la "reformilla fiscal" planteada por Griñán e incidió en que los 411 millones de recaudación prevista recaen "en un 60% sobre las espaldas de todos los andaluces" y "sólo en un 10%" para los más ricos. Coincidió con el PP en que en el Debate hubo "medias verdades y medias mentiras".
