Aunque no especifica el período en que el inmigrante podría estar sin empleo antes de regresar a su país, con esta medida los populares pretenden poner sobre la mesa el debate sobre las necesidades migratorias en épocas de paro elevado, y conocer la postura del resto de partidos. Entre los compromisos que deberían adoptar los inmigrantes estaría también aprender tanto catalán como castellano, pagar impuestos y cotizaciones, y respetar "las leyes, costumbres y valores cívicos" de Cataluña.
En una vista al barrio de Fondo de Santa Coloma de Gramenet -uno de los barrios catalanes en el que la inmigración tiene un mayor impacto-, Camacho sostuvo que el incumplimiento de este contrato de integración impedirá que el inmigrante pueda renovar los permisos de residencia y de trabajo. El PP propone que, como contrapartida, el contrato contemple que la Generalitat se comprometa a promover la integración de los inmigrantes, respetar sus creencias y costumbres mientras "no sean contrarias a las leyes y al marco de convivencia", y garantizar su formación.
Campaña de miedo. En plena campaña electoral de cara a las elecciones del próximo 28 de noviembre, el candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, acusó ayer al presidente catalán, José Montilla, de basar su campaña electoral en el "miedo", e ironizó sobre la insistencia del candidato socialista en asociarlo con el primer ministro británico, David Cameron.
En la conferencia inaugural del ciclo Primera Plana, celebrada en Barcelona, Mas denunció que el PSC pretende presentarlo como "un monstruo que hará como Cameron" y aplicará recortes drásticos en el gasto social. "La campaña del PSC está basada en generar miedo, en la negación y no en la afirmación", criticó Artur Mas. "A mí, la campaña del PSC me desconcierta", aseguró Mas, que se refirió al cartel que hicieron públicos los socialistas hace unas semanas y que reza: "Artur Mas de lo mismo". "Debe de querer decir que no representamos el cambio, pero cuando viene Felipe González le dicen que esta CiU no tiene nada que ver con la de Jordi Pujol", constató el nacionalista.
Por su parte, Montilla admitió ayer que una derrota del PSC en las elecciones autonómicas perjudicaría al presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. "Si hubiera un mal resultado, que estoy convencido que no se producirá, no sería una buena noticia ni para Zapatero ni para ningún otro miembro de la familia socialista", recalcó en rueda de prensa organizada por Efe y RTVE.
Según el presidente catalán, todos los comicios afectan de una forma u otra al mapa político, por lo que del resultado del 28-N no debería desprenderse en ningún caso un eventual avance de las elecciones generales.
