Hace sólo un año desde que Zapatero ganó por segunda vez las elecciones, pero el varapalo electoral en Galicia y los efectos de una crisis económica que se alarga amenazan con una remodelación inminente en el Gobierno. Ya se habla de abril como fecha máxima, aunque muchos aconsejan esperar a las europeas.
De que el equipo de Zapatero va a ser reformado no cabe ninguna duda. Él mismo lo dejó ver cuando, el pasado noviembre, habló de la creación de un Ministerio de Deportes. Por otro lado, la crisis económica, que está destruyendo poco a poco la imagen del Gobierno y de su vicepresidente y ministro de Economía, no deja muchas más opciones. El propio Pedro Solbes ha reconocido que quiere dejar la política y, tras la dimisión del ex ministro de Justicia admitió que le daba "envidia" la salida de Bermejo del Ejecutivo.
La duda, en esta coyuntura, es cuándo va a impulsar Zapatero esa crisis en su Gabinete. En principio, cuando las previsiones eran más halagüeñas y aún se pensaba que España empezaría a remontar la crisis en 2009, se hablaba de 2010 como horizonte para la reforma, de manera que Solbes no se iría hasta que las aguas no volvieran a su cauce. Sin embargo, visto que la crisis se alarga más de lo esperado y que el 1-M ha dado un revés importante a la imagen electoral del presidente y de su equipo, parece que la remodelación no puede esperar.
Ayer, la Cadena SER informó de que Zapatero celebra el primer año de su segunda victoria electoral estudiando un cambio profundo de gobierno y que sectores del PSOE le han pedido al presidente un equipo con más peso político. Dichas fuentes hablan de abril como fecha de la remodelación, aunque en todo caso después de la cumbre del G-20, que se celebra el 3 de ese mes y a la que acudirá Solbes. Por su parte, el diario Público apuntó ayer que el presidente tiene decidida la reforma, aunque busca la fecha más idónea. Según ese periódico, una corriente interna de opinión cree que "esto no se aguanta", mientras que hay miembros del partido que apuestan por esperar a después de las europeas, 7 de junio.
Por un lado, la crisis de Gobierno frenaría el deterioro de la imagen que del Ejecutivo tienen los ciudadanos y que, de seguir así, podría ser irreversible. Por otro lado, no hay que olvidar que Zapatero tiene en junio otra cita en la que no puede permitirse fracasar: las elecciones europeas.
En estas circunstancias, el presidente del Gobierno se limitó ayer a hablar de los retos que tiene el Ejecutivo por delante en los próximos meses. Reconoció que esta cuestión es "recurrente", pero recordó los retos que tiene su Gobierno y en los que dijo, va a "estar concentrado". "Le diré que el Gobierno tiene como objetivo trabajar contra la lucha contra la crisis económica", dijo, y añadió que también tiene por delante acontecimientos de "gran importancia" para España como el G-20 y la Presidencia de turno de la UE. Concretó que, aunque ayer era el aniversario del 9-M, aún no hace un año de que empezó a trabajar el Ejecutivo, ya que se constituyó después del proceso de investidura, en los primeros días de abril.
Efeméride. Ayer, el primer año del Gobierno no recibió muchas felicitaciones, sino más bien reproches. Desde el PP, todo fueron críticas. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, dijo que el balance del primer año de legislatura es el del "récord histórico de destrucción de empleo en el mundo occidental", mientras que el responsable de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, aseguró que se debe hacer "una crisis de Gobierno ya".
ERC suspendió al Ejecutivo en este primer año de mandato y el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, afirmó que Zapatero ha dejado en este aniversario una sensación de "engaño" y "frustración".
