El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, hizo pública su declaración de la renta de los últimos tres años durante el debate autonómico. Todos los diputados de IU le imitaron 24 horas después. El líder del PP-A, Javier Arenas, también dijo que lo haría, aunque a última hora matizó: se la entregaría al Parlamento, y la haría pública cuando él quisiera.
Por esa rendija abierta que ha dejado Arenas no ha tardado en colarse el portavoz del PSOE en el Parlamento, Mario Jiménez, que ayer le acusó de no hacer pública su declaración del IRPF porque teme que los ciudadanos sepan que "ha cobrado varios cospedales". Con este sobrenombre (en alusión a María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla La Mancha y secretaria general del PP nacional), Jiménez se refirió al supuesto "plus" que "parece que cobran los dirigentes VIP" del PP. El portavoz socialista cifró los extras de Cospedal en torno a 100.000 euros en su condición de militante del PP, aparte del sueldo que haya tenido como senadora. Según Jiménez, lo que le "da pudor" a Arenas es que los andaluces sepan que ha podido cobrar estos cospedales y que "puedan juzgarlo" por ello. "Nos da igual lo que cobre el señor Arenas, lo que debe hacer es enseñar (sus declaraciones) y tener menos chulería, altanería y despotismo", concluyó.
Por su parte, Arenas instó ayer a Griñán a perseguir no sólo el fraude social (como anunció el presidente en el debate autonómico), sino también el que hay "en su Gobierno y en su propia administración", como se ha puesto de manifiesto con el caso de las irregularidades detectadas en expedientes de regulación de empleo. Durante su intervención ante el Comité Ejecutivo Regional del PP, celebrado en Alcalá de Guadaíra, Arenas se mostró partidario de perseguir todo tipo de fraude y criticó al Gobierno por no aceptar comisiones de investigación en el Parlamento.
