La elecciones del domingo han servido para elevar el listón del récord de votos obtenidos por un partido en la historia de la democracía en España. El PSOE logró 11.064.524 sufragios, casi 40.000 votos por encima de sus resultados en marzo de 2004.
Con este dato -y a expensas de contar el voto de los residentes en el extranjero- los socialistas superan sus resultados de 2004, cuando lograron 11.026.163 votos, así como los 10.321.178 que cosechó el PP de José María Aznar en los comicios de 2000 y los 10.127.392 del PSOE de Felipe González en 1982, que dieron lugar a sendas mayorías absolutas. Se da la circunstancia de que las 10.169.973 papeletas que recabaron los populares en la jornada de ayer, son su segunda mejor marca histórica, quedándose apenas a 150.000 votos de la de 2000 y suponen un aumento en más de 400.000 de la de 2004.
A pesar de que los primeros Gobiernos de José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero salieron fortalecidos de su primer examen en las urnas, ésta no ha sido la constante histórica desde 1977.
De hecho, la UCD de Adolfo Suárez no logró alcanzar en 1979, con 6.268.593 sufragios, los 6.310.391 que recabó en las elecciones constituyentes, y en 1986, Felipe González perdió más de un millón de votos respecto a 1982. El análisis de los resultados de las elecciones del domingo arroja una cascada de datos relevantes en la contienda bipartidista.
Circunscripciones. El PSOE y PP se han repartido casi por igual el triunfo en escaños, ya que los socialistas han logrado la victoria en 18 provincias, y el PP, en 17. Han sido decisivas para los socialistas las comunidades de Cataluña y País Vasco. El PSC, con 25 diputados, ha igualado el histórico resultado que obtuvo por Felie González en esa comunidad en 1982.
En el País Vasco le han ido las cosas muy bien a los socialistas al lograr nueve escaños y relegar al PNV a una segunda posición, con seis diputados. La participación en estas elecciones también ha sido notable: un 75.32% del electorado se acercó a las urnas el domingo, tres décimas menos que en 2004. Destaca la abstención del País Vasco, donde ETA y su entorno habían llamado a la población a mantenerse ausente de las urnas. En esa comunidad sólo votó un 64,90% del censo.
Según la Ley del Gobierno, con las elecciones celebradas, el Gobierno ha cesado y continúa en funciones. El 1 de abril los diputados y senadores electos jurarán o prometerán sus cargos y quedarán constituidas las Cortes. Se establecerá un plazo de quince días para la apertura solemne del Parlamento. La tradición en anteriores legislaturas es que, para entonces, ya estará formado el nuevo Gobierno.
