Después de un año y medio en la oposición, el PSOE recuperó ayer la Alcaldía de Chiclana (Cádiz). La alianza con IU y PSA se materializó en una moción de censura contra el alcalde saliente, el popular Ernesto Marín, con la que se entregó el bastón de mando al socialista José María Román.
Con 13 votos a favor frente a 12 en contra los concejales de la corporación favorecieron un cambio de color político en Chiclana sin que se haya llegado a la mitad del mandato. Como estaba previsto los socialistas contaron con el apoyo de la concejal Nadine Fernández, de IU, y María Ángeles Polanco, del PSA. Fueron leales a Marín los dos concejales tránsfugas de IU y los dos representantes del PA.
Estos miembros de la corporación hicieron historia en Chiclana en un pleno que se desarrolló sin incidentes graves aunque con duras acusaciones hacia los que estaban a punto de tomar las riendas de la localidad. Sólo estaba permitida la entrada a periodistas y autoridades invitadas. A pesar del amplio dispositivo de seguridad -una treintena de agentes de la Policía local y de la Guardia Civil-, la tensión estalló en la calle, donde se escucharon insultos en contra de Marín y gritos a favor de su marcha.
Aunque a las puertas del Teatro Moderno, donde se celebró la sesión, había también detractores del alcalde entrante, fueron muchas más las voces que se alzaron a su favor. De hecho, la primera medida que adoptó fue romper el cordón policial para abrazar a sus partidarios. Lo hizo justo después de hacer el juramento y de dar su primer discurso al frente de la Alcaldía. Insistió en que "no hay que mirar atrás, sino adelante" y anunció que su primera actuación será convocar a empresarios y sindicatos para buscar soluciones a la crisis y poner en marcha un plan de empleo. "Hoy iniciamos un camino de recuperación y nuestro reto es mirar al futuro con confianza", aseguró.
Se pone así fin a la etapa de Marín que ha estado 17 meses gobernando la localidad. En su intervención hizo un balance triunfalista de su gestión de gobierno, agradeció la lealtad de los que le habían apoyado y mostró su confianza en que en 2011 volverá a ser alcalde. Expresó además sus peores augurios para la etapa que ahora comienza. "Creo que han cogido los desechos de nuestro gobierno para formar uno nuevo. Un gazpacho que al final me da la impresión de que se va a agriar", señaló.
Más dura fue la portavoz del grupo popular, Teresa Ruiz Sillero, quien acusó de corrupción urbanística y de otras irregularidades a cada uno de los socialistas que pasarán ahora a gobernar. El delegado de Urbanismo saliente José Pedro Butrón, también se despidió de su cargo lanzando duras críticas al PSOE, al que denunció públicamente por no tener argumentos y por hacer un pacto "tapadera" para ocultar las irregularidades cometidas durante su anterior mandato.
