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El representante de Farruquito dice que el bailaor está dolido y lamenta la «injusta polémica»

Conocían la campaña que preparaban la Bienal y Tussam pero no imaginaban las críticas.

el 12 ago 2014 / 11:00 h.

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El bailaor aparece en la campaña que Tussam ha impreso en los tranvías. / J. L. Montero El bailaor aparece en la campaña que Tussam ha impreso en los tranvías. / J. L. Montero Los responsables de la campaña publicitaria que la Bienal de Flamenco y la empresa municipal de Transportes Urbanos de Sevilla (Tussam) presentaron la pasada semana, bajo el lema Con Tussam... todos los caminos conducen a la Bienal, no se esperaban la enorme repercusión que está cosechando en los medios de comunicación y, sobre todo, en las redes sociales. El motivo, que entre los artistas que participan en ella para promocionar el festival jondo y el uso del transporte público está Juan Manuel Fernández Montoya Farruquito, que este año actúa en la cita sevillana. El artista fue condenado a tres años de prisión –pena que ya cumplió– por tres delitos contra la seguridad vial, después de que el bailaor atropellara mortalmente a un viandante y se diera a la fuga, lo que ha originado que la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes y numerosas personas pongan en duda la idoneidad de su elección. Esta controversia está afectando a Farruquito, que está «dolido» por esta situación, según explicó ayer a este periódico su representante, Oscar Martos, que lamenta el revuelo que esta campaña está provocando. «La Bienal promociona a sus artistas más importantes con estos anuncios, que se ponen en el tranvía y en otros sitios», señaló el manager, que admitió que sabían que el bailaor iba a ser imagen de la campaña, pero que no imaginaban que fuera a generar estas críticas, puesto que «no tenía que ver con el transporte, sino con el flamenco». El representante censuró los ataques que está recibiendo Farruquito, y recordó que es sólo «un artista más de la promoción», por lo que consideró los «insultos» que están circulando estos días por las redes sociales «algo muy injusto y una falta de respeto al flamenco y a las instituciones públicas». Preguntado sobre si ningún responsable de la campaña previó la repercusión que tendría el cartel, Martos dijo que la Bienal emprendió la campaña «con la mejor de las intenciones, para dar a conocer los proyectos artísticos del evento flamenco más importante del mundo». Sobre si este revuelo está afectando al bailaor y a la preparación de Pinacendá, el espectáculo que llevará a la Bienal, su manager admitió que «a él le duele todo esto» y que «es difícil saber» si tendrá repercusión en el montaje, aunque confió en que pronto se calmen las aguas. «Él ya cumplió su pena y no va a dejar de bailar», aseveró. Cuestionado sobre si desde el Ayuntamiento se han puesto en contacto con ellos para trasladarles algún mensaje por la controversia,Martos respondió que no, aunque hoy mantendrán una reunión con la Bienal, en la que en principio no estaba previsto hablar de este tema. «Ojalá que la gente comprenda que esto no es justo. Farruquito tiene que seguir bailando. Se le está haciendo un daño innecesario, pero más daño a la ciudad», concluyó. Este periódico contactó ayer con el Ayuntamiento para conocer su opinión sobre este asunto. De momento, no hay comentarios.

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