El terremoto que asoló ayer el suroeste de China, el peor registrado en el gigante asiático desde el devastador de 1976 y que ya se ha cobrado la vida de unas 12.000 personas, ensombreció la última jornada de la visita de la antorcha olímpica a la provincia sureña de Fujian.
China vive en estos momentos pendiente de las noticias que llegan desde las zonas afectadas y algunos medios de comunicación que siguen diariamente el recorrido de la llama olímpica prácticamente se olvidaron hoy del fuego.
La tragedia también minó el ánimo de los espectadores que, en mucho menor número que en jornadas precedentes, salieron al paso de la antorcha, relevistas y organizadores, quienes, con todo, adelantaron que la llama proseguirá el camino previsto, informó el diario "South China Morning Post".
Así, el ambiente festivo en el que se rodeó la antorcha en los últimos días no tuvo nada que ver con el sombrío que acompañó hoy durante los 30,5 kilómetros que recorrió el fuego por el interior y alrededores de la localidad de Longyan.
De allí partió en manos del levantador de pesas Zhang Xiangxiang, bronce en Sydney 2000, mientras que el campeón mundial de badminton Chen Hong realizó el último relevo.
Tras cuatro jornadas en Fujian, la antorcha comenzará mañana una visita de tres días a la provincia de Jiangxi, en donde pasará por las localidades de Ruijin, Jinggangshan y Nanchang.
Ruijin, cuya ciudad y cercanías recorrerá mañana el fuego, es lugar lleno de simbolismo para el Partido Comunista de China, por cuanto de allí salió la Larga Marcha del Ejército Rojo, en octubre de 1934, y que supuso la consagración como líder de Mao Zedong.
Está previsto que uno de los relevistas sea Liu Jiaqi, de 95 años y soldado retirado que tomó parte en la Larga Marcha.
