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El sentido común

Cuanto tardará en rectificar la Iglesia Católica? ¿Emitirán algún mensaje las hermandades que estos días andan preocupadas por la reforma de la Ley de interrupción del embarazo? La anemia congénita no solo la padece el pequeño Andrés, salvado de su dramático destino gracias al sentido común de sus padres y al esfuerzo de las instancias civiles directamente responsables.

el 16 sep 2009 / 00:02 h.

Cuanto tardará en rectificar la Iglesia Católica? ¿Emitirán algún mensaje las hermandades que estos días andan preocupadas por la reforma de la Ley de interrupción del embarazo? La anemia congénita no solo la padece el pequeño Andrés, salvado de su dramático destino gracias al sentido común de sus padres y al esfuerzo de las instancias civiles directamente responsables.

En primer lugar, entre otras, la Unidad de Genética y Reproducción del Hospital Virgen del Rocío. En su director, el Dr. Guillermo Antiñolo, reciente medalla de Andalucía el 28 de febrero pasado, se personifica el valor de nuestros investigadores y profesionales sanitarios. Y no es menos importante que la Junta de Andalucía haya desarrollado una política firme y responsable en el campo de la salud. Citar a la consejera María Jesús Montero, y también al ministro Bernat Soria, es hacer justicia con quienes son capaces de dar un paso al frente en el servicio público, y hacerlo con éxito, mostrando la hermosa faz de la política.

El fundamentalismo es la anemia congénita del sentimiento humanitario, y se manifiesta de muchas maneras, anidando con particular facilidad en las religiones. Por eso, las células madre del sentido común deben operar en las escuelas en la forma de educación ciudadana y democrática que equilibre el sofoco de tanta religiosidad pública.

Las cosas sencillas y evidentes deben ser las más relevantes en esta época de crisis, de la que no saldremos bien parados si no aprendemos a poner orden en nuestras vidas, a fin de no volver a caer en la trampa financiera del consumo desbocado. En las Jornadas organizadas por la CEA, Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, no escatimó tintas negras en el cuadro. Supongamos que lleva razón en su propuesta de un recorte del 15 % en salarios y precios; yo me apunto. Pero algo habrá que hacer con ciertos beneficios y su fiscalidad. Aunque también haya que reconvertir los empleos improductivos, empezando por los públicos, a tareas verdaderamente productivas.

Y más cosas. Como reconvertir el parque de viviendas vacías, haciendo sostenible lo invertido en el desarrollo urbano enloquecido, legislando para que el ingente número de viviendas vacías sean habitadas en alquiler mediante la efectiva puesta en práctica de la dimensión social del derecho a la propiedad que establece la Constitución. Un sistema que reconozca en la vivienda su carácter esencial de interés general, como la salud o la educación. Si no se alcanza una "alianza público-privada", habría que imponer una nacionalización temporal del uso residencial, una "preprivatización", usando términos que Krugman aplicaba en su artículo Bancos en vilo, en las páginas salmón de El País de ayer.

Mientras tanto, en Sevilla también tenía lugar días atrás la Asamblea de la Red de Ciudades por la Bicicleta, que agrupa a más de 120 instituciones territoriales. El encuentro merecía mayor relieve. No importa, la bicicleta es la más evidente demostración del sentido común aplicado a la gestión de la ciudad.

Catedrático de Arquitectura de la Hispalense

vpe@us.es

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