Deportes

El Sevilla afianza su tercer puesto

El pase a la Liga de Campeones, y además como tercer clasificado, está prácticamente en la mano del Sevilla, que ayer no perdonó a un Mallorca de vacaciones. Con sólo tres jornadas por delante, el equipo de Manolo Jiménez roza el sobresaliente a una campaña liguera cuyo premio está al caer.

el 16 sep 2009 / 02:30 h.

El pase a la Liga de Campeones, y además como tercer clasificado, está prácticamente en la mano del Sevilla, que ayer no perdonó a un Mallorca de vacaciones. Con sólo tres jornadas por delante, el equipo de Manolo Jiménez roza el sobresaliente a una campaña liguera cuyo premio está al caer.

Su mayor seriedad a la hora de afrontar el encuentro, su mayor intensidad defensiva y su mayor calidad en ataque fueron determinantes para tumbar al conjunto de Gregorio Manzano y encadenar, con ello, la segunda victoria consecutiva, que cambia la cara tanto al equipo como a la afición. Ayer, el sevillismo se marchó feliz del Sánchez Pizjuán. Además de ver ganar a los suyos, les vio jugar al fútbol: tres goles marcados, dos disparos al poste, innumerables llegadas al área... El Mallorca estaba en otra cosa y no se podía perdonar, como luego recordaría el Valencia, que arrolló al Real Madrid. Si hoy fallan Atlético y Villarreal, el pase a la Champions se certificaría sumando un punto de los nueve que restarían por disputar.

Entre un equipo que lucha por quedar tercero y otro que, con la temporada ya hecha, piensa más en lucirse y en las primas por objetivos, la diferencia sobre el césped debe ser enorme, y en este caso quedó reflejada. Avalado por su gran segunda vuelta, sus buenos resultados en Nervión y el gol de Aduriz a los 15 minutos, el Mallorca incluso llegó meter miedo a todo el mundo. En su primer acercamiento sacó fruto de la fragilidad primero de Mosquera -permite centrar cómodamente a Jurado- y luego de Escudé para marcar el 0-1. Pero todo se quedó en eso, un susto.

El gol de Aduriz y un fuerte chut de Varela desviado por Palop cuando se colaba fueron los únicos argumentos de un Mallorca que se las vio para frenar las continuas acometidas del Sevilla. Entre la nueva banda izquierda que diseñó Jiménez con Adriano y Diego Capel y el desequilibrio que creó Jesús Navas en la derecha, el empate era cuestión de tiempo, aunque fue por el centro por donde se rompió el murito visitante. Luis Fabiano, recuperado para la causa, fue agarrado dentro del área por Ramis y Pérez Lasa señaló penalti. Kanouté, paradinha incluida, batió a Moyá: 1-1 (32'). Era cuestión de tiempo, porque el Sevilla ya había rozado el gol poco antes con dos remates al poste, uno de Escudé y otro de O Fabuloso. No había color sobre el césped.

Y ACABÓ EN PASEO. Ante un Mallorca incapaz de contrarrestar la mayor intensidad del Sevilla en todas las facetas del juego, Luis Fabiano tardó nueve minutos en dar la vuelta al encuentro tras el paso por vestuarios. Haciendo gala de su inteligencia, soltó un latigazo para dejar atrás a tres rivales y batió al portero por bajo. Un bello tanto. La combinación intensidad-acierto bastó al equipo de Jiménez para cambiar el rumbo del partido. Dueño de la pelota en todo momento, con Duscher y Renato imponiéndose en la medular y aprovechando que el Mallorca fue incapaz de acercarse al área, la segunda parte fue un auténtico paseo.

Diego Capel, una de las novedades del once y generador de peligro siempre, dejó su puesto a Perotti. Luego, Adriano, tocado, hizo lo propio con Dragutinovic y, finalmente, Luis Fabiano dio paso a Romaric. Con el partido en el bolsillo, Jesús Navas, para evitar cualquier complicación de última hora, sacó de su chistera un golazo. Desde su banda, hizo una diagonal con la pierna izquierda, lanzó un zapatazo y puso la pelota imposible a Moyá (75'). Sin rival, el Sevilla prolongó su paseo sin llevarse más premio en forma de goles pero sí otro más importante: ver vibrar a su afición. Ayer sólo se escucharon aplausos en la grada, y eso es otro triunfo.

  • 1