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El Sevilla no gana en Málaga y se pone en manos del TAS

El conjunto de Emery no supo poner un punto de inflexión en su trayectoria a domicilio y cosechó un punto que le sirve de poco en su objetivo europeo, del que se distancia en cinco puntos.

el 12 may 2013 / 23:23 h.

Malaga CF - Sevilla FC. Foto: Marcamedia Cala disputa un balón con Baptista (Foto: Marcamedia) Fue un Sevilla decepcionante. No un mal Sevilla, tampoco bueno, pero a todas luces insuficiente cuando había tanto en juego. La victoria era fundamental pero el equipo de Unai Emery no jugó como si lo fuera. Le faltó la intensidad, la presión, achuchar al rival CALIFICACIONESMALAGASEVILLA2.JPGcomo sabe hacerlo, como suele hacerlo en el Ramón Sánchez-Pizjuán, como se podía esperar, al menos, en la segunda mitad de un partido que mantuvo bajo control siempre, ante un Málaga agotado, que ha hecho ya todo lo que tenía que hacer, y muy bueno, en esta temporada, que tiene la mente puesta en un futuro que se barrunta complicado. Como difícil, muy difícil, queda para el Sevilla la posibilidad de cazar al Betis en la séptima plaza, que dista ya en cinco puntos cuando restan nueve por disputarse. Lo más factible tras este raquítico empate a cero es que las posibilidades del equipo nervionense para volver al Viejo Continente pasen de nuevo por Málaga dentro de unas semanas, con la decisión pendiente del Tribunal de Arbitraje Deportivo sobre la sanción de la Uefa que pesa sobre el club de la Costa del Sol. Pero esa será otra historia. La de La Rosaleda ya la han visto los sevillistas muchas otras veces a lo largo de la temporada en los desplazamientos. Es un equipo que juega como con una velocidad menos que en casa, con desconfianza, con un perfil que no se corresponde al de un equipo con billete para Europa. No se tiene fe. Tal vez porque cuando no está arropado por los suyos tiende a maximizar sus debilidades, se diría, en exceso. Y empieza a recordar que no tiene demasiado fútbol en la sala de máquinas del centro del campo, que le faltan ahí jugadores de jerarquía para dominar el partido y construir fútbol para que los excelentes jugadores ofensivos de los que dispone no tengan que inventarse por sí mismos las ocasiones. Porque fue un partido donde los cuatro centrocampistas que conformaban el doble pivote en ambos contendientes no tuvieron ningún peso en el partido, indiferentes al juego, desentendidos del balón, dedicados en exclusiva a la contención, a la conservación. Así, lo que sucedía en las inmediaciones de las áreas sólo tenía que ver con los chispazos de los hombres de arriba, protegidos a sus espaldas pero sin nadie que les pudiera proveer de balones en ventaja. Dio sensación de peligro el Sevilla en la primera parte con las cabalgadas de Navas y sobre todo de Diego Perotti, mientras Álvaro Negredo caía bien a las bandas y lograba ganar cada una de las batallas con Lugano, aunque éstas se producían demasiadas veces fuera del área. El argentino, excelso mientras tuvo gasolina, puso en muchas dificultades a Jesús Gámez y de un centro suyo tras dar un estupendo regate al lateral malaguista Ivan Rakitic pudo cazar el gol en remate de cabeza al cuarto de hora. Álvaro Negredo no pudo precisar al poco tiempo un buen centro de Alberto Moreno, que se incorporó perfecto para aprovechar un buen pase al hueco de Perotti, mientras la única ocasión del Málaga la neutralizó Beto con el pie y desde el suelo tras un centro-chut de Morales que ganó la línea de fondo en un despisde tras un saque de banda. Pero a medida que pasaban los minutos, el partido iba decayendo, empezó a enredarse en faltas. El equipo de Pellegrini parecía ya como ese boxeador que, consciente de que le fallaban las piernas, no hacía más que agarrarse al contrario para dejar que pase el tiempo e intentar ganar a los puntos, temeroso de ser cazado en un golpe aislado. No podía haber síntoma más claro de la condición física de este Málaga que las lesiones de Morales y Eliseu entre el final de la primera parte y el comienzo de la segunda. Era el momento en el que el Sevilla debía apretar y lanzarse a por un partido vital. Faltaba dar el paso hacia adelante porque la oportunidad estaba delante. Juan Cala, notable en el centro de la defensa, gozó de una buena oportunidad en una jugada de estrategia en un saque de falta desde la izquierda en la que se incorporó al segundo palo, pero su remate de cabeza no alcanzó la suficiente velocidad como para sorprender a Kameni. Se marchó Perotti a la hora, poco después Coke, y ni Del Moral ni Cicinho fueron soluciones, ni mucho menos, para cambiar el paso pero el Sevilla la tuvo. Jesús Navas se aplicó como siempre en la presión y logró robarle la cartera a Antunes en tres cuartos de cancha, con espacios se acercó como una centella al área por su banda, levantó la cabeza y vio a Negredo en el área; y el vallecano, en el segundo palo, se la colocó con la testa de forma inmediata a Rakitic, que entraba solo y presto en el poste contrario. Era una jugada de gol clara, muy clara, pero el balcánico la echó fuera a escasos centímetros del poste. Quedaba tiempo, más de un cuarto de hora, pero ya no pasó nada. El caracol se aleja de Europa. ESTADÍSTICAS DEL PARTIDO VIDEO RESUMEN DEL PARTIDO EN ALTA DEFINICIÓN

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