La fórmula del traspaso para fichar a un entrenador no es una novedad en el Sevilla. La entidad de Nervión ya contrató a Fernando Castro Santos , entonces en las filas del Sporting de Braga portugués , el 20 de enero de 1998 de forma similar.
En aquella campaña, el cuadro blanquirrojo trataba de ascender a Primera División y, tras un pésimo inicio liguero rubricado con Julián Rubio y Vicente Miera, el gallego relevó a Juan Carlos Álvarez.
Las negociaciones se prolongaron durante más de 10 días, ya que el de Pontevedra firmó un contrato con el Sporting de Braga en el que se contemplaba que, en caso de abandonar Portugal antes de junio, debía indemnizar al club.
Las gestiones de Rafael Carrión, presidente, con su homólogo luso no cristalizaron y el Sevilla pagó 32 millones de las antiguas pesetas -unos 192.000 euros- en el momento de la firma de Castro Santos, que viajó a Sevilla con un emisario de la directiva arsenalista.
El desenlace liguero fue un auténtico fracaso y el plantel de Nervión sólo fue capaz de alcanzar una séptima plaza con la que no evitó su continuidad en Segunda un ejercicio más.
