Cofradías

El Sol hace historia en el Plantinar

La cofradía número 60 abrió el Sábado Santo desde su recién estrenada capilla.

el 03 abr 2010 / 18:21 h.

El clásico ambiente melancólico que tiene de por sí el Sábado Santo se aliñó este año con la alegría de contar con una nueva cofradía, la tercera en cinco años, en la nómina de la Semana Santa. Pero se trataba de una alegría contenida, pues la idiosincrasia de la hermandad del Sol encaja como anillo al dedo en la jornada en la que, acertadamente, ha sido incluida.

Este año fue el primero en que la jornada sabatina se abría poco después del mediodía, así que los sevillanos se acercaron al Plantinar con la certeza de que vivirían un momento histórico y que será recordado a lo largo de los años.

Una experiencia para contar a los nietos y el culmen de un recorrido por décadas que desembocó en 2006 en la aprobación como hermandad de penitencia de la corporación, aunque sus orígenes se remontan a una procesión infantil en 1932, y que ha explotado por fin en una cofradía ejemplar que hace estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral.

Los alrededores de la nueva capilla, aún sin culminar pero lista para la salida, bullían de curiosidad cuando la Santa Cruz -como conocen a la Cruz de Guía en la corporación- tomaron una Plaza del Aljarafe repleta y ansiosa de vivir mágicos instantes. Ni el propio astro rey quiso perderse la salida de su cofradía aportando su mejor luz.

Pese a su juventud, el cortejo de nazarenos de ruán verde  está lleno de detalles y traslada a siglos atrás. Uno de sus detalles más llamativos es el tramo sacramental que se sitúa ante los ciriales del primer paso, compuesto por los hermanos más antiguos que sin el armazón del antifaz portaban una hacheta roja.

Tras los ciriales, fue el momento de que el Santo Cristo Varón de Dolores, una nueva alegoría que se suma a la Semana Santa y que es la tercera del día, se pusiera por primera vez en la calle el Sábado Santo al mando del capataz José Manuel Palomo, que también debutaría en la Carrera Oficial. El son del momento histórico fue la marcha Bendición, obra que la propia Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Sol dedicó a la imagen a su llegada en 2002.

El espíritu de la hermandad se resume perfectamente en la impronta de su paso de palio. Con la Virgen del Sol, Sevilla volvió a saber de una Sacra Conversación, de una imagen mariana con ráfaga y media luna y de un palio de madera y pintado.

Todo un alarde de originalidad y un lujo para los sentidos de los cofrades que ponía rumbo hacia el Centro de la ciudad para copar muchas de sus calles con más sabor. Desde el Postigo a la Campana, a la que entró con la marcha Margot y, por fin, a la Catedral, culminando la historia de la primera estación de penitencia del Sol.

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