Escasas novedades pero la misma ilusión de siempre. El BM Solúcar, principal referente del balonmano sevillano, encara su séptima campaña en la categoría de plata sin renunciar a dar el salto definitivo a la División de Honor femenina.
La perseverancia es en muchas ocasiones, y de forma perentoria cuando no sobra el pecunio, una vía tan válida como otras para alcanzar un objetivo. En el caso del club de Sanlúcar la Mayor, esa constancia en el trabajo bien hecho y el porfiar, inasequible al desaliento, de Pepe Robayo pueden tener algún día, por qué no, la recompensa de ver al equipo que dirige y entrena en la élite.
Y es que el BM Solúcar es ya todo un clásico de la Primera Nacional femenina, y cada año trata de mejorar el precedente: "Las expectativas son las máximas", comienza diciendo Robayo antes de concretar: "Las chicas están entrenando con muchas ganas y el objetivo principal es mejorar la cuarta posición del último ejercicio y, por tanto, meterse en la zona de arriba".
El cuadro sevillano está englobado en el grupo C -hay otros dos- y para la fase de ascenso se clasifican los dos primeros de cada grupo más los dos mejores terceros, de modo que ocho equipos pelearán en pos de las dos plazas que llevan a la División de Honor femenina.
El técnico sanluqueño considera que habrá varios rivales duros de pelar en esa lid por las tres primeras plazas del grupo: "Para empezar, el Roquetas, que descendió de División de Honor por motivos económicos y vendió su plaza al Baseti-Zuazo vasco. Sabemos también que Murcia y San Sebastián de los Reyes se han reforzado y esos serán los que luchen por acabar arriba junto a Alcobendas y Málaga".
Un nutrido ramillete de aspirantes en el que Robayo espera ver el nombre del Solúcar: "Confío en que demos la talla y podamos meternos en la fase de ascenso, pero está claro que va a haber una lucha tremenda con todos estos equipos implicados y no va a ser sencillo", explica el entrenador del club sevillano, que debutará en la competición liguera precisamente ante el Puertodulce Roquetas, mañana domingo (12.30 horas) en el Polideportivo Príncipe de Asturias: "En principio, las almerienses no tienen el mismo equipo que la pasada campaña en División de Honor porque se han ido varias jugadoras, pero está claro que tienen la ventaja de la experiencia y además han incorporado a jóvenes de su cantera.
Será, desde luego, este primer partido un buen test para calibrar nuestras opciones", resume Robayo.
El Solúcar afronta este nuevo desafío con un bloque de jugadoras casi idéntico al del curso precedente, ya que tan sólo se ha producido una baja, la de la lateral zurda rumana Carmen Floroiu, que va a ser madre, y cuya ficha ha sido ocupada por otra jugadora rumana y que ocupa la misma demarcación, Ana Maria Grecu, procedente del Amposta: "aunque juega también de lateral, tiene unas características diferentes, pero espero que mantenga el nivel", concluye Robayo.
