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El sueño de un Quijote llamado Sancho

El estudio de ilustración, diseño gráfico y comunicación visual, Garabataria, quiere fomentar la educación y la cultura mediante la imagen

el 04 may 2013 / 23:50 h.

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Jaime Pandelet, en el estudio que la firma acaba de abrir en la calle Orfila, frente a los Panaderos. Manu R.R. Jaime Pandelet, en el estudio que la firma acaba de abrir en la calle Orfila, frente a los Panaderos. (Manu R.R.) Cerca de treinta años le ha costado a este artista ilustrador llevar en el bolsillo una tarjeta de visita que diga Jaime Pandelet. Garabataria. La promesa que entonces se hizo a sí mismo de alcanzar dicho sueño (como la de don Quijote a Sancho cuando le aseguró que le conseguiría el gobierno de una ínsula en pago a su lealtad y sus servicios) ha llegado por la vía de emprenderla a lanzazos contra todos los molinos de viento que han querido salirle al paso en la vida. Tantos, que a veces no sabe uno si está en la Mancha haciendo quesos o en Holanda cuajando mantequilla. Juan Luis Álvarez Balboa, director de cuentas. Manu R.R. Juan Luis Álvarez Balboa, director de cuentas. (Manu R.R.) Por suerte para él, ha dado con un socio que también se baja la celada, enristra el arma y pica espuelas cada vez que avista en lontananza a un gigante tremebundo: el gaditano Juan Luis Álvarez Balboa, cuyo amor al arte y a la belleza queda apenas camuflado bajo el cargo de director de cuentas de la empresa. “Yo tengo las rodillas llenas de cicatrices –confiesa Pandelet, en su estudio de Orfila–. Me he caído veintidós veces; pero por mucho que yo me haya caído veintidós veces, que me han llevado a no acertar en las salidas del laberinto en el que me encontraba, lo que puedo decir es que yo empecé a querer ser algo con 16 años, tengo 54 y sigo siendo lo que quería ser, o estoy en camino de serlo, pero no soy un señor que quería haber sido ilustrador y que está de ocho a tres en una sucursal bancaria, con todos los respetos del mundo. Me refiero a no desviar la realidad que uno cree que debe habitar, y en esas estoy, con todos mis garabatos, con todos mis sueños, aplicando mi capacidad creativa o mi poder de imaginación al servicio de marcas, de historias y de la ilustración”. Y al final, en el horizonte, la ínsula. Garabataria acaba de nacer como un estudio de ilustración, diseño gráfico, comunicación visual y proyectos singulares. En dos palabras:estrategia y creatividad. La empresa se define a sí misma en los papeles como una oferta de servicios creativos dirigida al mercado editorial, instituciones públicas y empresas privadas en busca de estrategia y fórmulas creativas. “Es la gráfica”, dice Jaime Pandelet. “El poder de la imagen a la hora de contar, de narrar lo que sea... es el sueño de una noche de verano para cualquier grafista. Y si no se llega a eso, sí al menos de tener la capacidad de decidir que yo quiero que mis dibujos estén aquí. Hasta que llegue a ser esto Garabataria Editores, todo es un proceso: hay que atender un logotipo, un anuncio de un refresco, uno de inmobiliaria Pepito o lo que sea. Porque además llevo muchos años haciendo esos menesteres. Y además es facturación; reunir una bolsa de recursos que nos permitan decir: Pues ahora vamos a editar nosotros esta obra. Y también ser herramienta gráfica para otras editoriales. Al margen de editar nosotros nuestras propias cosas, que pretendo que sea narración creativa y el mundo infantil. Es el camino para llegar a la ínsula Garabataria. Que tanto el producto como la creación sean obra nuestra.” Garabataria juega con el nombre de Barataria, la ínsula prometida a Sancho por su señor. Pandelet cuenta las semejanzas recordando el relato cervantino: “A los del pueblo les hace gracia que el tarugo de la Mancha fuera el gobernador, y lo ponen en el sillón a resolver los conflictos de los pueblerinos. Y todo ese capítulo es bellísimo, porque lo inesperado era que Sancho Panza llegase a conclusiones lógicas, razonables, y en la mayoría de los casos incuestionables. Y llega. Una lógica tan paisana que se dan cuenta de que el tío de tarugo no tiene nada, sino que es un cerebrito increíble. Una sorpresa, eso es lo que se encuentra la gente. ¿Similitud con Garabataria? Demostrar algo parecido con la ilustración. Ahora mismo todo está por construir, lo que tenemos son las piedras del castillo que queremos que sea Garabataria. Pretendemos que la gente diga que hacía falta esto: fórmulas para que perviva la narración oral, fórmulas para que perviva la narración a secas, fórmulas para que se tengan ganas de seguir contando historias y escribiendo historias y escuchando historias. Y de todo eso pretendemos ser el referente”. Quedan avisados los gigantes. 

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