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El tesoro de la memoria

La Junta acaba de publicar un Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía. ¿Qué cosas diría usted que forman parte de esa riqueza en Sevilla y su provincia?

el 26 ene 2012 / 19:07 h.

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En Dos Hermanas, el bebé se resiste a dormir y su abuela, meneando el carrito y harta ya de coles la pobre, le canta: Tío de la cal, / venga usted p'acá. / ¿Qué quiere usted? / Quiero una escobilla de blanquear. / ¿A cuánto sale? / A dos reales. / No me la llevo que eso no vale. Hasta que al final, el niño se duerme de puro cabezón y la abuela, resoplando, hace al fin la masa de las tarvinas. Eso es exactamente el patrimonio inmaterial de Sevilla. O parte de él. Porque al incluir la cal de Morón en esa categoría de las maravillas intangibles, la Junta (como haría luego la Unesco, en noviembre pasado, ya a nivel mundial) estaba refiriéndose a mucho más que al elemento en sí: estaba catalogando a esa abuela, esa cancioncilla, incluso a ese bebé criado en esas nanas, una forma de vivir, esa escobilla de blanquear y hasta al mismísimo tío de la cal, imágenes todas ellas que conforman una de las muchísimas e inexplicables maneras de ser de lo sevillano.

Al publicar esta semana su Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía, elaborado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), la Consejería de Cultura alcanza dos logros de una importancia incalculable: por un lado, dejar la constatación escrita para los restos, para la posteridad, de ese tesoro, que no es poca cosa; y por otro, invitar de forma indirecta al paisanaje a que recuerde, experimente, atienda a esa vivencia diaria tan genuinamente de aquí, aporte nuevas sugerencias, con idea de que acaben siendo no las 1.450 expresiones recogidas en dicha recopilación, sino millones más. ¿Cree usted que hay para tanto, o sería pasarse?

Cuando visite la página web del IAPH (www.iaph.es/web/) verá que entre las piezas más valiosas del patrimonio inmaterial de Sevilla se han incluido argumentos tan incontestables como el verdeo, citando dentro de la tradición de la aceituna a esos hombres y a esas mujeres que iban con sus macacos de esparto colgando del pecho, o las viejas almazaras de prensa de viga de las que ya solo queda el Molino de los Pérez, de Marchena. Y se habla del vino, del mosto y sus bodegas y lagares, del aguardiente y de los pueblos por los que ir a degustar lo uno y lo otro, o ambas delicias. Los alfares de Los Alcores, el descorche en Sierra Morena, esos caleros de Morón que dieron pie a la copla, a la costumbre de encalar por Semana Santa y a esas calles insoladas de los veranos de pueblo. Incluye, por cierto, esa misma Semana Santa y demás fiestas propias, con todos sus mantones, sus disfraces, sus dulces; las canciones de los arrieros, los buñuelos de Martín de la Jara, las saetas marcheneras, los gazpachos y aliños...

Si se fija verá que mucho de lo citado no tiene nada de inmaterial: hártese usted de torrijas, para comprobarlo. Lo que se valora es, más que el artículo en sí, el contexto que lo hace lógico y posible. O sea, que el tesoro es el cofre, si se admite la metáfora. Pues diga usted ahora diez ejemplos suyos, propios, de patrimonio inmaterial de Sevilla: ¿le parece que puede serlo el chasquido de las sillas de tijera de la Avenida, un Domingo de Ramos, cuando va uno con el chiquillo dormido en brazos? O puestos a seguir con los sonidos inimitables: ¿diría usted que puede formar parte de esa lista el golpeteo de la vecina con su abanico en la persianilla para que le deje usted dos tomates (o uno, si es gordito), que se le ha venido encima la hora de preparar de comer sin poder hacer los mandados? ¿Y la cancioncilla del afilador? ¿Y las señoras de luto? ¿Y el dominó en la peña? ¿Y ese calor que sube a la frente, mezclado con el frío de las mejillas, haciendo las migas en la sierra? ¿Y el sonido a bronce y a bruma fría de las campanas de los domingos? Cada pueblo, cada calle, cada hora del día, cada familia, cada memoria tiene su propio tesoro inmaterial. Por ahora, la Junta ha entrevistado a más de 4.200 personas de 400 municipios para elaborar la lista; váyase preparando por si algún día tiene ganas de aportar su granito no ya de arena, sino de oro puro (eso sí, oro inmaterial), a esta colección inefable.

De utilidad:

Qué: Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía. Dónde ver los de Sevilla y su provincia: En internet: escriba la dirección http://www.iaph.es/export/sites/default/galerias/patrimonio-cultural/documentos/atlas/sevilla.pdf. O bien entre en la web del IAPH y véalo todo.
Más información: No sólo hay una lista con los datos, sino que también están documentados muchos de los casos con fotografías y vídeos. Para ver estos últimos, entre en: http://www.iaph.es/web/canales/patrimonio-cultural/patrimonio-inmaterial/atlas2/videos.html. En cuanto a las categorías en que se ha dividido ese patrimonio, están los rituales festivos (641 casos en Andalucía), alimentación y cocina (174), modos de expresión (250) y oficios y saberes (406).

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