Jóvenes al día

El valor de un buen expediente en el futuro profesional

Universidades como la Pablo de Olavide reconocen méritos académicos a sus alumnos con mejores calificaciones.

el 01 nov 2014 / 13:09 h.

Sevilla 27 10 2014: Reportaje para jovenes por dereche en la universiComo cada mes de octubre tuvo lugar en la Universidad Pablo de Olavide el acto de entrega de los Premios al Rendimiento Académico, en esta ocasión para el curso 2012/2013. Los galardones, financiados por la Fundación Conocimiento y Cultura de la Universidad Pablo de Olavide, integrada por empresas privadas e instituciones públicas del entorno económico y social de la universidad, han contado con una dotación económica de 25.000 euros. Durante la presente edición se han entregado un total de 66 premios vinculados a las siguientes categorías: Premio al Mejor Expediente de la UPO, Premio al Mérito Académico, Premios a las Mejores Calificaciones de Acceso, Premios al Rendimiento Académico y Premio al Mejor Expediente de cada titulación. Esta fundación tiene como principales objetivos fomentar y promocionar la investigación, las actividades académicas universitarias, el desarrollo de la infraestructura científica y el apoyo de la acción social y cultural en Andalucía.   EL MEJOR EXPEDIENTE. Fernando Lara tiene 23 años y estudió el grado en Administración y Dirección de Empresas en la UPO, formación que completó con un máster sobre Contabilidad, Auditoría y Mercados de Capitales en Madrid. Para las prácticas de éste último, solicitó plaza en la empresa de auditoría financiera Deloitte, empresa de que la que poco tiempo después terminó siendo empleado: «Me ofrecieron entrar como trabajador en lugar de empezar en prácticas y lo acepté. Llevo desde el 1 de septiembre trabajando en Sevilla». Fernando fue reconocido con el Premio al Mejor Expediente de la UPO para el curso 2012/2013. También había sido gratificado anteriormente con el Premio de Mejor nota de acceso a la universidad en 2009 y con el premio a mejores calificaciones de primer curso. «Tengo un 9,52 de expediente, aunque el rendimiento del premio no sólo se calcula sobre tu nota sino que hacen una media entre ésta y la de tu carrera con idea de homogeneizar a todas las carreras», explica el titulado. Asegura que no es de los que estudian por gusto, pero estudiar algo que le gusta le ha ayudado en la constancia y dedicación. «Para todo hay que sacrificarse, aunque lo más importante es saber organizarse. Hay que renunciar a cosas, pero tienes que buscar un equilibrio para saber llevar tu vida, tus estudios y tus planes de ocio», subraya. Para él es importante tener un buen expediente académico en este momento: «Aunque no lo es todo, es una primera herramienta para entrar al mercado laboral». Fernando indica que recibir este tipo de reconocimientos es útil y está bien valorado no sólo por el reconocimiento de las calificaciones obtenidas, sino porque las empresas saben que una persona que tiene un buen expediente, es una persona constante que se esfuerza por el trabajo. También plantea que ciertas empresas mencionan en sus ofertas de empleo que buscan a personas con méritos académicos, en otros procesos de selección utilizan la nota como primer filtro para pasar a la siguiente fase. «Tener méritos académicos abre puertas, aunque no es lo único. La buena nota me sirvió para acceder a la entrevista pero si en ésta no hubiera gustado o no hubiera pasado la prueba de inglés, me hubiera quedado fuera». A pesar de todo, considera que sin su expediente probablemente su experiencia no habría sido igual a la hora de encontrar trabajo. «Cuando me mandaron al proceso de selección lo hicieron por mis calificaciones, además de por la realización del máster. Me dieron la opción de entrar, aunque no es fundamental para mi empresa tener un expediente muy alto, sí que es una cosa a tener en cuenta», asegura.   MÉRITO ACADÉMICO. Rocío Herrezuelo tiene 25 años y estudia el Grado en Geografía e Historia en la UPO. Ha recibido el Premio al Mérito Académico para el curso 2012/2013, un galardón concedido a aquellos estudiantes que han tenido un destacable aprovechamiento académico, pese a las circunstancias personales, familiares o sociales desfavorables. Rocío tiene una discapacidad física del 92% y tiene que desplazarse en un carro motorizado. Eso hace que su paso por la universidad dependa de compañeros como Valme, que la ayuda en la toma de apuntes y en cualquier cosa que surge en clase. La labor de sus padres es también fundamental, ya que se encargan de llevarla a la universidad cada día. Esta joven luchadora comenta que nunca se planteó que terminaría estudiando en la universidad: «En los últimos años que estuve en el instituto, el orientador me estuvo convenciendo de que tenía aptitudes para comenzar una carrera. Me decidí y con el apoyo de mi familia estoy sacando los cursos con bastante esfuerzo y trabajo». La constancia y la fuerza de voluntad son un fácil resumen no sólo de su paso por la universidad, sino de su vida en general: «Tengo el apoyo de mi familia y por eso, pese a todo, sigo adelante cada día». Rocío aún no ha acabado su carrera, necesita más tiempo que el resto pero está convencida de que lo conseguirá. El premio recibido ha sido toda una recompensa al esfuerzo llevado a cabo y una motivación más para continuar. Le gustaría ejercer su profesión una vez haya concluido sus estudios, aunque plantea que es algo complicado debido a su discapacidad. A pesar de todo ella no pierde la fe y asegura que nunca perderá la esperanza.   EL VALOR DEL ESFUERZO. Elodia Hernández, la vicerrectora de Estudiantes, Cultura y Compromiso Social de la Olavide, explica que estos premios son un reconocimiento al esfuerzo, las capacidades, el esfuerzo y las competencias que han adquirido los estudiantes durante su paso por la universidad: «Se trata de darles señales para que entiendan que hacer un buen expediente y ser un alumno de excelencia es una cuestión de proceso y que debe ser continuado en el tiempo, no sólo de forma puntual. Aunque no sólo se trata de premiar a las mejores notas, también tenemos una mención al mérito académico». La vicerrectora destaca que estos premios tienen una dotación económica que redunda en la propia carrera, para que lo puedan utilizar en matrículas, libros o en lo que el premiado crea más conveniente. Hernández defiende que los premios tienen además aplicación en lo laboral, ya que ese reconocimiento puede ser consignado por los alumnos en sus currículos y es un aspecto que destaca que hay una garantía detrás del premio, ya que se trata de un proceso público, trasparente y fácilmente certificable: «Es un elemento que brilla en el currículum». Plantea que el expediente cuenta mucho en las becas junto con las condiciones socioeconómicas: «Los alumnos están más preocupados por sus calificaciones con el tema de la crisis, aunque el tema depende del endurecimiento de los requisitos para ser becario, ya que ahora dependen de alcanzar una nota. Esa preocupación por lograr ese resultado tiene que ver más con eso que con la excelencia académica». Cuando las empresas analizan candidaturas de empleo, se fijan es en que haya un buen currículum detrás, revela. «Siempre los primeros estudiantes en optar a un puesto de trabajo son los que mejores expedientes tienen». Además resalta que las empresas siempre buscan la excelencia, entendida ésta no sólo como una nota sino como una adquisición de competencias que formen al estudiante en ciudadanía.  APUESTA POR LOS MEJORES. Deloitte es una firma de servicios profesionales que se dedica al asesoramiento a empresas en materia de auditoría, consultoría además de asesoramiento fiscal y legal. Para Daniel Carrasco, uno de los socios de la firma, los profesionales son el principal activo para ésta, ya que son una compañía cuyo servicio se fundamenta en el conocimiento que tienen sus empleados: «Para nosotros es clave disponer de profesionales con las mejores capacidades, competencias y conocimientos. Lo importante además de un excelente expediente es que el joven tenga potencial, motivación, madurez y responsabilidad además del manejo fluido de idiomas». En Deloitte cuentan con actividades que les hacen estar en contacto con los jóvenes desde el momento en que comienzan su carrera universitaria. En este sentido, organizan durante todo el año en colaboración con distintas instituciones educativas programas formativos de distinto perfil con idea de formar en el ámbito de las prácticas a estudiantes comprometidos con su formación y apuesten por su futuro. Uno de los retos más importantes para las empresas hoy en día es la lucha por la atracción y retención de talento: «Todas las compañías quieren disponer de los mejores profesionales posibles. En este sentido, disponer de una buena trayectoria académica es siempre la mejor carta de presentación para los jóvenes que se quieren incorporar a compañías como esta, en las que el objetivo principal es la excelencia».

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