Modesto Luceño es vicerrector de Estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide. Por su despacho pasan decenas de problemas relacionados con el día a día de los algo más de 10.000 alumnos con los que cuenta la universidad sevillana. Pero desde hace dos días Modesto no para de buscar una solución para un estudiante de Humanidades. El caso es urgente y, como tal, el vicerrector ha decidido adoptar una solución de emergencia: le adelantará a este joven de su propio bolsillo el pago de la matrícula. La historia es una muestra de las consecuencias que tienen las reformas adoptadas por el ministro José Ignacio Wert en el ámbito universitario.
El estudiante en cuestión tiene a sus dos padres en paro. En su familia, donde hay dos niños más, entran al mes 700 euros de la prestación por desempleo. El joven, para terminar su carrera, tiene que abonar 899 euros. Las cuentas no salen. "Se le ha atragantado una asignatura -de la que ha tenido que matricularse por tercera vez, lo que le ha elevado el precio final de las tasas-, pero en todo lo demás es de sobresaliente", explica Modesto Luceño. "Yo sé que ésta no es la solución -repite con rabia-, pero lo que no voy a hacer ni puedo consentir es que se vaya". No obstante, la Universidad está buscando fórmulas para que la familia pueda aplazar el pago.
El relato del vicerrector de Estudiantes pone rostro a las declaraciones que hace unos días hacía el rector de la Olavide, Vicente Guzmán, en una conferencia impartida en el colegio San Francisco de Paula: "Ya hay estudiantes que han dejado la carrera porque no pueden pagar los 700 euros de matrícula", reveló. Y, sobre todo, viene a poner en cuarentena el triunfalismo del Gobierno, que ayer hizo público el informe Datos y cifras del sistema universitario español, en el que se refleja cómo ha sido la aplicación por parte de las autonomías del Real Decreto de racionalización del gasto público en el ámbito educativo aprobado el pasado abril. Según el secretario general de Universidades, Federico Morán: "Tenemos más alumnos respecto al curso anterior, más mujeres, y con una mejora de su rendimiento; un 5% más de estudiantes extranjeros, y un 14% más de becas generales".
En dicho informe, se constata que el precio medio del crédito por primera vez en los grados de las universidades públicas españolas ha subido un 16,7%. En Andalucía, se optó por la subida mínima fijada por el ministerio y, gracias a eso, "se ha paliado el drama. Si hubiéramos hecho como en Madrid, las aulas se nos habrían vaciado", reconoce Modesto Luceño.
Pese al muro de contención levantado por el Gobierno andaluz, la realidad es que hay universidades, como la Olavide, en la que se han matriculado menos alumnos y los que lo han hecho han sido más selectivos. Es decir, se han matriculado de menos asignaturas, un hecho que constata el informe del ministerio presentado ayer.
En el caso de la Olavide, con respecto al curso pasado, son 891 estudiantes menos los que se han matriculado (en total hay 10.199), una caída de alrededor del 9%. Una parte muy importante de esta caída, casi la mitad según los cálculos del Vicerrectorado de Estudiantes, tiene que ver con la extinción de licenciaturas en favor de los grados. La otra mitad sí que ha optado por dejar los estudios como consecuencia de la crisis económica. "Algunos de los que han venido a mi despacho lo hacen con vergüenza. No creí que fuera a ver estas imágenes propias del franquismo", se lamenta Modesto Luceño, que se mueve entre la indignación, la rabia y la impotencia. Porque la universidad, no la Olavide sino todas las universidades, están atadas de pies y manos. "Con los presupuestos leoninos que hemos tenido que aprobar no podemos hacer grandes cosas", confiesa. Pero, no obstante, quiere plantear al resto de sus compañeros de Rectorado la posibilidad de crear una bolsa para ayudas o becas propias con las que poder "salvar aunque sea a siete estudiantes cuya situación económica sea muy precaria".
En el informe presentado ayer por el Gobierno se destaca también que los mayores de 30 años vuelven de nuevo a las aulas, un 5,5% más respecto al curso anterior. Esto, a juicio de Morán, es un dato "muy positivo", que refleja que este colectivo "busca en la universidad la formación continua". "Este es un elemento positivo para las universidades porque se trata de alumnos con mucho interés".
Cae el número de estudiantes en las ramas de Ciencias (caso de Arquitectura) porque los jóvenes buscan carreras con más salidas profesionales, según las explicaciones aportadas por el ministerio.
