Las personas infectadas con gusanos son más susceptibles al virus del sida, lo que explica el impacto de la epidemia en el Sáhara. Según científicos de la Universidad de Harvard y de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el culpable sería el gusano de la esquistosomiasis, que vive en aguas residuales. Las larvas entran en el organismo a través de la piel, pasan a la sangre y causan anemia, diarrea, hemorragias y hasta la muerte.