Las de este año se anunciaban como unas rebajas "interesantes", según la Asociación Provincial de Comercios y Servicios de Sevilla (Aprocom). El cartel prometía: los grandes descuentos desde primeros de mes y la acumulación de mercancía de temporada parecían la fórmula perfecta para que las rebajas dieran una alegría a los comerciantes. Pero una cosa son las grandes cadenas y otras los comercios pequeños, tanto lo que están abiertos desde que los clientes tienen uso de razón como los que algunos aventureros se han lanzado a poner en marcha hace poco tiempo. Para muchos de ellos han sido las peores rebajas de los últimos años.
"Son las peores rebajas desde 1995", afirma Anabel Martínez, que regenta una tienda de ropa de baño, Visol Style, en la calle Puente y Pellón. A ella misma le cuesta creer sus propias palabras. "Las ventas han bajado mucho y la verdad es que no lo esperábamos". Acostumbrada a que su tienda se llene de clientas tan rápido como se vacía de prendas, lo de este año está siendo "alarmante y muy desesperante". "En esta tierra somos consumidores e inconscientes, para que cortemos el grifo tenemos que estar muy asfixiados", opina Anabel. Ella sobrevive gracias a su clientela fija, "la que vuelve cada año a buscarnos", pero ya piensa en alargar el período de ofertas.
La crisis económica es el principal motivo de que el consumo no termine de despegar. Pero hay alguna más. Según explicó Tomás González, vicepresidente de Aprocom, las rebajas provocan "desmotivación" en los compradores porque las grandes cadenas tienen descuentos todo el año. "Pierden el concepto que tenían", afirmó González.
"Esto ya no es lo que era", cuenta Carmen García, dependienta en una conocida casa de bolsos con 35 años de historia en la calle Sierpes. Carmen recuerda con cierta nostalgia los años en los que durante las rebajas de julio casi no tenía tiempo para respirar. "Aquello era como en Navidad, unos años en los que no se paraba, con el mostrador hasta arriba de bolsos", rememora. "Eso ya ni está ni va a volver".
Igual de pesimista es Manuel Ramírez, que regenta desde hace año y medio una tienda de ropa masculina, Enter Compra Inteligente, en Puente y Pellón, aunque acumula años de experiencia con otros negocios repartidos por la provincia. "Es verdad que se ha perdido un poco el sentido de las rebajas con los descuentos que casi siempre tienen grandes marcas, pero yo tengo un montón de prendas a seis euros, no puedo bajar más".
En un primer balance, Aprocom dijo que las operaciones habían aumentado un 18% y que las ganancias se mantenían a niveles de 2010. Pero no es el caso de María Ángeles Cántara. Después de 33 años en la tienda de ropa de señora Juliá, en Sierpes, las de este año han sido unas rebajas "malísimas, hemos vendido la mitad que el año pasado". Cuenta que hace unos años "se vendía todo" pero que ahora "tenemos de todo y somos más sibaritas".
La tienda de María Ángeles está llena de artículos, todo lo contrario que un nuevo comercio en la calle Francos, Oh la là Vintage, donde trabaja Reyes Bernáldez. En febrero "se le echó valor" y abrieron la tienda, que vende ropa de mujer traída de París. Y han triunfado. "Sólo nos quedan perchas", dice sonriente. Carmen cuenta que el negocio ha ido muy bien desde el principio y que incluso en esta tienda ha visto lo que no había presenciado nunca en sus años como dependienta. "Cuando vino el último pedido, una caja de 70 kilos, las clientas se pusieron a sacar la mercancía de las cajas como si esto fuera un mercadillo". Tanto ha vendido que la tienda va a cerrar durante un mes, hasta que le traigan la nueva colección, porque casi no tienen mercancía que vender.
La tienda de Reyes es una de las que está revitalizando la castigada calle Francos: "Está floreciendo. Hasta hace poco era una calle desolada y ahora se están abriendo negocios, aunque es difícil que vuelva a tener todo su esplendor".
